domingo, 23 de agosto de 2009

Historias Paralelas

Palabras Mayores

Bécker García

 

La televisión premia y promueve la extravagancia, el absurdo y la insensatez

Giovanni Sartori

 

Dos historias

Conocí a Alberto García “El Bandido”, hace cosa de 10 años, cuando trabajamos juntos en una radio hermosillense.

Desde entonces era un caso muy curioso y de bastante éxito. Una hora antes de entrar a mi programa noticioso, del cual era él operador de consola, él tenía uno titulado “Bandas y bandidos”.

Evidentemente el tema era, por un lado las canciones con Banda sinaloense, y por otro, quizá el más esperado, el relato de los partes policíacos de manera jocosa y divertida (imita sirenas; voces de policías, bandidos y víctimas; rechinidos de llantas; etc.), aun con el dejo de morbosidad que siempre existe alrededor de la nota roja.

Tiempo después, me enteré, pidió que le dieran parte del raiting (traducido en lo económico, obvio) de su emisión diaria y se lo negaron.

Agarró sus cosas, el nombre de su programa (el cual tenía registrado con derechos de autor) y se alió con otra radiodifusora.

El raiting sigue siendo lo suyo y es muy bueno. Por donde quiera lo escuchas.

La misma aceptación, lo ha llevado a tener programa de televisión en Telemax, de distinto corte sí, pero igual lo saca adelante con su ingenio.

La lucha por las audiencias en los medios electrónicos es terrible. De entre ellos, la televisión juega un papel importante. Como bien dice Sartori, es este medio quien secuestra la capacidad de pensamiento del hombre.

Y aquí viene la otra historia:

Wallace Souza (hasta nombre de novela negra tiene el tipo), era el conductor de un programa policiaco en un canal de televisión amazónico. Desde Manaos, la capital del Estado Brasileño de Amazonas, dirigía lo que llamó Canal Livre.

Era el rey. El amo. Entre muertos quemados y decapitados, no había quien se perdiera su programa de televisión.

Por sobre todas las cosas, deslumbraba su capacidad para estar en el lugar donde se había cometido un crimen, al cual, a donde generalmente llegaba justo detrás de la policía. Ningún otro medio cubría la escena de los hechos antes que él y su cámara.

La primicia, pues, le daba su gran tajada del raiting.

Luego tuvo una ocurrencia. De esas que se le vienen a la mente a las “celebridades mediáticas” cuando ya están colmadas sus aspiraciones:

Si soy tan famoso – imagino que se dijo así mismo – ¿porqué no ser político?.

Lanzado como candidato para la diputación de Manaos, la votación a su favor fue abrumadora. Ganó de calle. Cuestiones ligadas a su raiting, dijeron los politólogos.

Sin embargo, como si fuera una novela policíaca, las verdades se le vinieron encima cuando, la policía investigadora brasileña detuvo a un rufián, Moacir Moa Jorge da Costa, su nombre, ex policía y sospechoso de un sinfín de latrocinios.

Al confesar – no se mediante qué métodos, pero me los imagino – “soltó la sopa” para espanto de sus confesores. Los “trabajos” los hacía a petición de Wallace Souza, el ahora diputado y antes estrella de televisión.

Al atar cabos, con la confesión en la diestra y los videos del programa en la siniestra, los investigadores se dieron cuenta que todos los crímenes confesados por Moacir, fueron noticia espectacular en Canal Livre y a todos, absolutamente a todos, llegaron las cámaras justo detrás de la policía.

Wallace lo mandó hacer para conservar el raiting.

Moacir Moa Jorge da Costa estará buen rato en la cárcel. Wallace Souza, como diputado, podrá esperar a que el Congreso le quite el fuero, porque con éste no pueden detenerlo.

Mientras esto sucede, quizás esté planeando ya su huída del país. Me imagino,  será como en un Reality Show, con cámara y toda la cosa, y vendida a una gran cadena de televisión en millones de dólares.

Así andamos….

 

Puedes checar columnas atrasadas: en http://beckergarcia.blogspot.com/

 

 

Muchas gracias

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario