lunes, 31 de agosto de 2009

Lo que me dijo la Demi....

Palabras Mayores

Bécker García

Los nativos digitales no usan la red: ellos son la red, viven la red.

Alejandro Piscitelli

Me enteré que el día de hoy (domingo) Mariah Carey, la popular y hermosa cantante pop Estadounidense, tiene el peor dolor de muelas de su vida. Está en Nueva York, y recientemente acaba de terminar de grabar su mas reciente disco.

Por su parte, Demi Moore acaba de comentar, con un cierto dejo filosófico internetiano, que, “lo único constante en la vida, es el cambio”

De igual manera, Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, me dice que le hubiera gustado jugar fútbol profesional, ahora que está de visita en el juego del Real Madrid contra el Deportivo la Coruña.

Por su parte, Barack Obama, sí, el Presidente de Estados Unidos, acaba de decirme (aunque a mi no me incumbe), que la Reforma a la ley de Salud en su país, logrará que las compañías de Seguros no limiten los cuidados de los asegurados.

Creerán que me estoy volviendo loco, o que estoy leyendo mucho revistas de ricos y famosos, pero no, no es así. Todo lo anterior, lo de la Carey y su dolor de muelas, la filosofía de Demi, el gusto de Bolt por el fútbol, o la propuesta de Obama, me lo dijeron ellos mismos.

No, no me llamaron a mi celular. Ni tampoco tienen mi correo electrónico. Ni me hicieron señales de humo: Es algo más sencillo; soy un seguidor de ellos en la página del Twiteer.

Entré a esa ahora famosa página luego de leer un artículo donde se hablaba de una caída que sufrió Lance Amstrong,  la cual le provocó una fractura de clavícula. Mientras que en la televisión se pasaban aún las repeticiones de la caída, sus fans, que son muchos en el mundo, ya tenían la historia completa: a los 25 minutos del accidente, el ciclista escribió en su twiteer; “ya pasó la caída, voy en camino al hospital y parece tengo una fractura en mi hombro… todo bajo control”.

Eso es lo que llamó yo rapidez informativa.

En los últimos días he estado leyendo mucho sobre información en Internet. Leer sobre cómo es que está cambiando el mundo a raíz  de las maneras en que los habitantes del mundo le están quitando puntos de raiting a la televisión.

Jeff Jarvis es un experto en medios de comunicación, y un seguidor de este fenómeno y su evolución. En un artículo publicado recientemente dice que, los jóvenes que hoy tienen entre 13 y 25 años, para informarse, utilizan principalmente el Internet y lo seguirán haciendo de por vida, si acaso no aparece una opción más novedosa. Dice, afirma, que en Estados Unidos, el último periódico será publicado en el año 2040, si acaso los mismos no se vinculan con la red digital.

Es maravilloso saber como hemos evolucionado en la última década y como lo seguiremos haciendo, y por lo pronto, mientras nos continuemos con ello, podremos utilizar estos espacios para bien de nosotros mismos y de los que nos rodean.

Convirtámonos en unos nativos digitales, sin tenerle miedo al cambio de lo tradicional, porque estamos cambiando y, parafraseando a la Demi Moore; si la única constante en la vida es el cambio, unámonos al mismo.

 

¿Pero cómo se pudo?

Leí con mucha atención lo que se ha escrito el sábado y hoy domingo (ayer) sobre las pasadas elecciones en Cajeme.

Si es verdad lo que dicen los abogados de la Alianza PRI-PANAL-PVEM, que hubo irregularidades en 127 casillas de 149 revisadas, la cosa es sumamente grave.

Esas casillas serían algo así como el 43% del total, lo cual, viene a ser un verdadero desastre.

Desastre para el Consejo Estatal Electoral, el árbitro de la contienda, que o no capacitó bien a los funcionarios de casilla, o simplemente no fue tan bueno para elegirlos.

Mayor desastre para la Alianza porque no hizo bien el trabajo. ¿Dónde estaban sus representantes de casilla cuándo se estaban cometiendo estas irregularidades?

En caso de anularse las elecciones y obligar a que se repitan,  creo que habría muchas cosas que revisar entre todos los participantes. En qué fallaron y qué se debe mejorar en bien de la democracia.

Eso es lo verdaderamente grave.

 

Muchas gracias

 


 


viernes, 28 de agosto de 2009

Baila como si nadie te conociera... y bailé pues...

Baila como si nadie te conociera, me dijeron, y lo hice... al final, qué chingados, era mi cumple 50

Por correo..

Recibí muchos correos acerca de mi más reciente colaboración, sobre el color púrpura y el ABC del perdón...
El primero de ellos, imagino que por no estar de acuerdo, me pidió que lo diera de baja de las listas de correo. Luego hubo algunos otros que casi me linchan y me dicen que yo no he sido afectado con la muerte de un hijo.
Y tienen razón, no lo he sido y espero que Dios no me ponga esa prueba. Y si lo hace, si así lo decide, espero tener la fuerza suficiente para poder perdonar y la lucidez para que nadie se atreva a aprovecharse de mis sentimientos.

jueves, 27 de agosto de 2009

Color Púrpura

Palabras Mayores

Bécker García

“Can't sleep at night and you wonder why


Maybe God is trying to tell you something”

“No puedes dormir en la noche y te preguntas por qué

Quizá Dios está tratando de decirte algo”

Quincy Jones

 

Color Púrpura…

Muchas veces he visto la película “El Color Púrpura”, de Steven Spilberg, del año1986, la cual fue nominada a 11 Oscares y que injustamente, no ganó ninguno.

Un resumen: En ella se narra la historia de Celie (Whoppie Goldberg), desde sus 14 años de edad, cuando fue embarazada por su padre y vendida para ser esposa de un marido maltratador (Danny Glover), para luego serpararla de sus hijos y de su queridísima hermana (Oprah Winfrey) que es enviada a Africa, hasta 3 décadas después, cuando se reúnen de nuevo.

Todo es desgracia para Celie.

Empero, lejos de enojarse cuando su marido trae a su amante a la casa, queda deslumbrada con esa bella mujer (Margaret Avery), hija de un pastor de Iglesia, que abandonó el coro de la misma para iniciarse como cantante de “blues” de antro en antro.

Me centraré ahora en la historia de esta actriz de color.

Margaret Avery, en los inicios de los setentas, tuvo un pequeño papel en una película que dirigía un joven director de cine. Era menos de una línea. Solo tenía que decir; “pecas”.  El Director no era otro que Steven Spielberg.

Quince años después, acudió ha realizar el casting para la película “El Color Púrpura”

Sus argumentos fueron, que ella debería de quedarse con ese papel, puesto que coincidía con su vida: era cantante, había iniciado su carrera con el mismo Director y, el personaje tenía su mismo apellido: Avery. Le dieron el papel.

Hay una escena que me hace llorar y llorar siempre que la veo.

Mientras se realiza una fiesta en una bar junto al río, la Avery canta. Cerca de ahí, en la Iglesia, su padre el pastor,  – quien no le perdona la vida licenciosa que lleva y por tanto no le dirige la palabra – ordena al coro para que inicie la canción “Dios está tratando de decirte algo”, con tal de no escuchar lo que se canta del otro lado.

Shug Avery (el nombre del personaje) interrumpe y detiene a los músicos.  Desde la iglesia y en cacofonía llegan las letras. “Señor habla conmigo”… “Háblame”….

La canción, Godspell puro, aún sin saber inglés, fluye como un quejumbroso arrepentimiento y una conexión directa con Dios, con una voz, por supuesto con matices y timbres netamente negros,  arrancada desde los cimientos del corazón, si es que acaso es ahí donde se guardan los sentimientos.

Avery voltea, para luego, casi en un murmullo, silabear la canción que seguramente alguna vez le tocó cantar en la Iglesia que comanda su padre y avanza decidida. Detrás de ella, con excepción del dueño del bar, en desfile ruidoso y pachanguero, todos la siguen y corean la canción que ahora ella canta.

Interrumpen en la Iglesia justo en el momento del climax. Avery entra cantando justa la estrofa que le da el título a la canción; “Quizás Dios está tratando de decirte algo” . Mientras su padre el pastor, desconcertado, mirando como su Iglesia se inunda de disolutos, su hija cambia el tratando (trying) por el Estoy tratando (I´m trying) para luego cantarle a Dios, o a su padre, “Háblame ahora”…. “Ahora mismo”.

El pastor baja del estrado y ella corre y lo abraza.

Mientras el coro sigue, ella le susurra al oído, “Ves papi, ¿cómo es que los pecadores también tenemos alma?”

Me da mucha pena ver el dolor de los padres afectados con los hechos de la Guardería ABC. Angustia me causa cuando piden justicia a donde no pueden dárselas. Eduardo Bours ya se va, y en sus manos no está la solución a sus peticiones. La Federación ha dejado muy en claro que será la Suprema Corte de Justicia a quien le tocará, en su caso, deslindar responsables.

Los padres, no sé cuantos ni sé si todos, pareciera que mas que justicia están pidiendo sangre. De manifestaciones de 20 mil participantes, se han reducido a unos cuantos.

Quizá Dios está tratando de decirles algo.  Podría ser, tal vez, ¿que perdonen?

Muchas gracias

 



miércoles, 26 de agosto de 2009

Sin Capote...

Palabras Mayores

Bécker García

 

 

25 años sin Capote…

Ser periodista y escritor es una conjunción que no es nueva. Truman Capote el escritor de “Desayuno en Tiffanys”, Ernest Heminway, “El viejo y el mar” y Gabriel García Márquez el de “Cien años de Soledad”, lo hicieron en su tiempo.

No es fácil escribir noticias que son verdades sin que parezcan mentiras, ni tampoco escribir ficciones que parezcan verdades. En ambos casos, la línea que divide uno de otros es apenas perceptible.

Cuando le preguntaron a Enrique Vila- Matas sobre qué tanto de autobiográfica era su novela “Bartleby y Compañía”, respondió que no había ni una pizca su vida en ello, pues para empezar, esa historia habla sobre escritores que ya no escriben o lo han hecho muy poco, y, Vila Matas, escribe y lee como poseído.

Entonces insistieron y alguien le dijo que, sus escritos eran tan reales que necesariamente los debería de haber vivido. Su respuesta, lacónica, fue muy sencilla: “de eso se trata esto, de contar mentiras y que los lectores se las crean como propias”

Pero bueno, entre el reportaje novela de Truman Capote, a Sangre Fría; entre la novela crónica de Hemminway “Por quien doblan las campanas” y entre la “Crónica de un Naufragio” de García Márquez, me quedo, sin duda, con la de Capote.

“A Sangre fría” narra la historia del asesinato de una familia en un pueblo de Kansas llamado Holcomb. Fue tan impactante la historia, tan sangriento el asesinato y tan intrincada la investigación, que la afamada revista New Yorker mandó a Capote a realizar lo que sería primero un reportaje.

Al llegar al pequeño pueblo, quizá por su condición extravagante y por su notoria homosexualidad, además de su condición caprichosa, su inteligencia mordaz y su ironía a flor de piel, en un principio los habitantes lo rechazaron.

Pero como dicen por ahí los que le entienden a esto, no hay demonio que no tenga su encanto y, a base de esto, poco a poco se fue ganando la confianza del pueblo y pudo desmembrar la madeja.

Lo interesante del reportaje-novela, es que Capote le dio voz a los pueblerinos y se dio el lujo hasta de entrevistar a uno de los asesinos antes de que lo descubrieran.

Como sucede con muchos escritores, Lunas de dos caras, cuando el asesino entrevistado le contó los hechos que lo incriminaban por medio de acuciosas preguntas, luego de haberse ganado su confianza, Capote lo dejó a su suerte.

Lo condenó antes de que lo juzgaran. Material desechable sin conciencia.

Dificultoso es querer escribir y alejarte de los personajes. A final de cuentas, uno no puede inventar lo que no conoce, aun cuando sea de relatos contados por los otros.

Se periodista también tiene lo suyo. Y lo digo porque seguido me llegan comentarios a mi correo, a mi Blog o me los dicen de viva voz; donde aseguran que uno no puede escribir nada que no sea dictado desde la conciencia del grupo para el que le tocó trabajar. Y eso es mentira. Uno escribe lo que piensa y vive. Cuando menos si eres honesto contigo mismo.

Y vaya que, cuando uno tiene en su sangre el periodismo, las ganas de escribir lo que ha vivido no se le quitan, aun que sea novelado.

Truman Capote tardó 6 años en publicar su novela, esperando a que los asesinos fuesen juzgados y ejecutados. Dicen que eso fue lo que acabó con su precaria salud mental y cayó en las garras del alcoholismo.

Yo espero no esperar tanto para contar historias, aunque sean más mentiras que realidades. Y por supuesto, no terminar como Capote, de quien hoy extrañamos sus 25 años de ausencia.

 

 

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Muchas gracias

 

domingo, 23 de agosto de 2009

Historias Paralelas

Palabras Mayores

Bécker García

 

La televisión premia y promueve la extravagancia, el absurdo y la insensatez

Giovanni Sartori

 

Dos historias

Conocí a Alberto García “El Bandido”, hace cosa de 10 años, cuando trabajamos juntos en una radio hermosillense.

Desde entonces era un caso muy curioso y de bastante éxito. Una hora antes de entrar a mi programa noticioso, del cual era él operador de consola, él tenía uno titulado “Bandas y bandidos”.

Evidentemente el tema era, por un lado las canciones con Banda sinaloense, y por otro, quizá el más esperado, el relato de los partes policíacos de manera jocosa y divertida (imita sirenas; voces de policías, bandidos y víctimas; rechinidos de llantas; etc.), aun con el dejo de morbosidad que siempre existe alrededor de la nota roja.

Tiempo después, me enteré, pidió que le dieran parte del raiting (traducido en lo económico, obvio) de su emisión diaria y se lo negaron.

Agarró sus cosas, el nombre de su programa (el cual tenía registrado con derechos de autor) y se alió con otra radiodifusora.

El raiting sigue siendo lo suyo y es muy bueno. Por donde quiera lo escuchas.

La misma aceptación, lo ha llevado a tener programa de televisión en Telemax, de distinto corte sí, pero igual lo saca adelante con su ingenio.

La lucha por las audiencias en los medios electrónicos es terrible. De entre ellos, la televisión juega un papel importante. Como bien dice Sartori, es este medio quien secuestra la capacidad de pensamiento del hombre.

Y aquí viene la otra historia:

Wallace Souza (hasta nombre de novela negra tiene el tipo), era el conductor de un programa policiaco en un canal de televisión amazónico. Desde Manaos, la capital del Estado Brasileño de Amazonas, dirigía lo que llamó Canal Livre.

Era el rey. El amo. Entre muertos quemados y decapitados, no había quien se perdiera su programa de televisión.

Por sobre todas las cosas, deslumbraba su capacidad para estar en el lugar donde se había cometido un crimen, al cual, a donde generalmente llegaba justo detrás de la policía. Ningún otro medio cubría la escena de los hechos antes que él y su cámara.

La primicia, pues, le daba su gran tajada del raiting.

Luego tuvo una ocurrencia. De esas que se le vienen a la mente a las “celebridades mediáticas” cuando ya están colmadas sus aspiraciones:

Si soy tan famoso – imagino que se dijo así mismo – ¿porqué no ser político?.

Lanzado como candidato para la diputación de Manaos, la votación a su favor fue abrumadora. Ganó de calle. Cuestiones ligadas a su raiting, dijeron los politólogos.

Sin embargo, como si fuera una novela policíaca, las verdades se le vinieron encima cuando, la policía investigadora brasileña detuvo a un rufián, Moacir Moa Jorge da Costa, su nombre, ex policía y sospechoso de un sinfín de latrocinios.

Al confesar – no se mediante qué métodos, pero me los imagino – “soltó la sopa” para espanto de sus confesores. Los “trabajos” los hacía a petición de Wallace Souza, el ahora diputado y antes estrella de televisión.

Al atar cabos, con la confesión en la diestra y los videos del programa en la siniestra, los investigadores se dieron cuenta que todos los crímenes confesados por Moacir, fueron noticia espectacular en Canal Livre y a todos, absolutamente a todos, llegaron las cámaras justo detrás de la policía.

Wallace lo mandó hacer para conservar el raiting.

Moacir Moa Jorge da Costa estará buen rato en la cárcel. Wallace Souza, como diputado, podrá esperar a que el Congreso le quite el fuero, porque con éste no pueden detenerlo.

Mientras esto sucede, quizás esté planeando ya su huída del país. Me imagino,  será como en un Reality Show, con cámara y toda la cosa, y vendida a una gran cadena de televisión en millones de dólares.

Así andamos….

 

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Muchas gracias

 

jueves, 20 de agosto de 2009

Just do it...

Palabras Mayores

Bécker García

 

Citius, Altius, Fortius

Barón de Coubertain

 

Just do it…

El italiano Pietro Mennea fue el último gran velocista blanco que ha existido en la historia del olimpismo. Y al referirme a blanco, no lo digo sólo por el color de la piel, sino también, por su historial inmaculado.

En 1979,   en el marco de una competencia universitaria celebrada en la Ciudad de México, logró imponer un récord mundial en 200 mts planos. Su asombroso tiempo, 19.72 permaneció imbatible durante 17 años, hasta que llegó otro, Michael Jhonson, quien en 1996 dio al traste con ese gran registro por casi 3 décimas de segundo.

Como todo en la vida, la carrera de Pietro Mennea tuvo altibajos deportivos. El último de ellos, el que lo obligó al retiro, fue ser descalificado en la Olimpiada de 1984 por no dar el registro suficiente para estar en las finales.

Su cuerpo espigado, fuerte, correoso, magro, relampagueó en la pista del Estadio Olímpico, ante una tribuna desolada.

Y es que, en ese tiempo, salvo las olimpiadas, los eventos atléticos no tenían la afluencia de espectadores que por ejemplo el día de hoy, en Berlín, se contaban por decenas de miles.

En ese estadio alemán, el atleta del momento, Usaian Bolt, de Jamaica, despedazó el tiempo al cubrir los 200 metros, media pista, en 19 segundos y 19 centésimas.

Un halo. Un suspiro. 8 respiraciones. Menos de 100 zancadas.

La diferencia entre Mennea y Bolt es bastante significativa.

Mennea tenía 27 años cuando rompió el récord del mundo. Bolt tiene apenas 22.

En ese año de 1979, las drogas y los esteroides eran apenas un sueño en las retorcidas mentes de cineastas inspirados en el “Extraño Caso de Dr. Jekill y Mr. Hyde”, la famosa novela de Robert Louis Stevenson, escrita, se dice, bajo el influjo de un hongo del cuál se extrae la droga psicodélica que se puso de moda un siglo después, en los años setentas, conocida como LSD.

También entonces, aún cuando se sospechaba que no era del todo cierto, los atletas competían amateurmente, es decir, casi gratis, cuando ahora los ganadores se llevan kilogramos de oro en cada triunfo. Esto es, literalmente, kilogramos de oro.

Yo no digo que el Bolt haya utilizado o no drogas anabólicas o esteroides, solo digo que ahora es común y usual utilizarlos, con lo que se rompe el lema del olimpismo del Barón de Coubertain, del más rápido, el más alto, el más fuerte.

Ahora, desafortunadamente, en el deporte ganan los más listos.

Y es que, por aquello de los millones de dólares que giran alrededor de los atletas y sus competencias, estos son capaces de cualquier cosa con tal de alcanzar la victoria y la fortuna; no importa que para ello se tengan que meter entre las venas fármacos que acaban pronto con su vida. Total, como dice Nike, Just do it. Sólo hazlo.

Por allá, al otro lado del mundo, alejados de las cámaras y de los cronómetros atómicos, millones de niños corren detrás de una victoria; sobrevivir ese día.

¿Estaremos locos?

 

Muchas gracias

 

miércoles, 19 de agosto de 2009

La "otredad"

Palabras Mayores

Bécker García

 

“yo soy el otro”

Gérard Nerval

 

Pero no más tantito…

No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue. El Tribunal Electoral y Transparencia de Sonora, dictaminó que la elección del pasado 5 de julio en Sonora fue válida.

Hasta donde pude, seguí la larga y enfadosa sesión, en vivo, por Internet.

Yo no sé si la equidad o la inequidad se demostró o no para los magistrados, porque no es de mi competencia establecer el hecho.

Lo que pude ver es que la cuestión se perdió en tecnicismos. Sí se pasaron spots de más a favor de un candidato, pero dicen, no se demostró que esto influyera en las preferencias electorales de un candidato a favor de otro.

Simplismo puro, puesto que entonces niegan el principio que determinó la instauración de la reciente Reforma Electoral, la del 2007, donde se buscaba que nadie tuviese más spots que otros para llegar a la equidad.

Difícil entonces será que la elección se anule en los terrenos de los equívocos, que es en el TRIFE, pariente y primo del IFE.

Y es que, los del IFE fueron tan pero tan malos en manejar la distribución de spots y de monitoreos, que como ejemplo bastan dos botones; Mientras en Cajeme se vanagloriaba al Maloro Acosta en una radio de por allá, por acá, en Hermosillo, el Roger era ponderado con sus cualidades y atributos.

Es decir, completamente cambiadas las pautas.

Como árbitro el IFE fue un desastre, y por tanto no veo como harán para ser imparciales en la siguiente instancia, porque son, de la misma cobija.

Así que dirán, al igual que aquí, que un candidato sí se pasó, pero no más tantito…

Al final de cuentas, es que el IFE, el Teeti y el Trife o como se llame, son, el otro. Y la “otredad” que es uno mismo, no se marca ni se ensucia con “pequeñeces”.

 

 

Muchas gracias

 

domingo, 16 de agosto de 2009

Palabras Mayores

Bécker García

 

“¿Qué soledad es más solitaria que la desconfianza?”

George Elliot

 

Yo desconfío, tú desconfías, él…

Esta historia empieza en un país llamado Brabante, donde acusaban a una princesa llamada Elsa, de haber matado a su hermano para tomar el poder.

Lo hacían, como en todas las historias que se precian de ser noveladas, una hechicera intrigosa llamada  Ortrud y su marido, el usurpador Telramund.

Juzgada y casi sentenciada a muerte, implora a sus paganos dioses para que le manden una salvación y estos, escuchando sus ruegos, le envían a un caballero del Santo Grial llamado Lohengrin, hijo del mítico Parsifal.

Lo primero que percibe este caballero, es que la descomposición de la sociedad, influida por la pareja malvada, se basa en la desconfianza que han sembrado entre unos contra los otros.

Para salvarla de la falsa acusación Lohengrin pone sus condiciones; pase lo que pase, nunca jamás ella le preguntara de donde viene ni cual es su verdadera historia.

Aunque la supuesta historia ocurre siglos atrás, este especie superhéroe moderno resuelve la falsa acusación presentando al hermano al cual tenían por ahí medio secuestrado y escondido.

Y como si fuera telenovela de televisa, obvio, al resolver la intriga el muchacho se queda con la muchacha, se comprometen y se casan. Ah, pero no todo termina aquí, puesto que en las óperas, y esta es una síntesis de la historia que escribió Richard Wagner en 1850, la tragedia es punto común en casi todas ellas.

La princesa Elsa no aprendió la lección y de nuevo se dejó influenciar por la hechicera Ortrud quien le dijo; “si no te quiere decir de donde viene ni contar su historia, es porque al final se irá tal y como llegó”.

Entonces Elsita rompe su promesa y en la noche de bodas le exige a su marido la verdad. Él le cuenta la verdad sobre sus orígenes, pero también le dice que por tal desconfianza tendrá que marcharse por donde vino.

Mientras él se marcha, Elsa cae muerta.

La desconfianza es, ya desde ese tiempo, parte intrínseca de la política y del arte de gobernar.

En la revista Etcétera del mes pasado, publicaron una carta que en 1996 Carlos Castillo Peraza le escribió a Felipe Calderón, justo cuando éste sustituyó a aquel en la Presidencia del Partido Acción Nacional.

Le dijo: “Tu naturaleza, tu temperamento es ser desconfiado hasta de tu sombra”, y luego le recalca. “Si te dejas llevar por ése (sentimiento), entonces no te asustes de no contar ni con tu sombra: ella misma se dará cuenta de que es sombra, pero que no es tuya; será sombra para sí, no contigo, no tuya”.

El sentimiento de la desconfianza es quizás el más contradictorio de todos. Para desconfiar, primero hay que creer en algo. Tú crees que aquel te hará algo o utilizará algo en contra tuya y, (contradictoriamente) confías en que así será.

Por eso el Presidente Calderón impuso como titular del PAN a César Nava, su amigo y especie de Alter Ego; para que desde el partido le cuide las espaldas, ahora que está llegando a sus últimos 3 años de gobierno, que es cuando empiezas a quedarte completamente solo.

Por eso mismo en las pasadas elecciones algunos candidatos no aceptaron consejos o ayudas de otros, porque veían en ellas fantasmas que nunca existieron. Y así les fue.

Y es que, cuando desconfías tanto de los otros, es el momento oportuno donde los intrigantes aprovechan para envenenarte el alma; y corren los rumores, los supuestos, las verdades a medias hasta que, ellos, te tienen a su merced susurrándote al oído aquello que tú quieres escuchar. Entonces, ofuscado, cegado, tiras bandazos al aire sin ver que el enemigo lo tienes ahí, juntito, cachando los elevaditos que te salen por todo el terreno de juego para su propio provecho.

En fin…

 

Don Walter

Conocí a Don Walter en el año del 2003. En una reunión de trabajo que tuvimos, me dio la sensación de que era una especie de superman, no porque en cierta forma se parezca físicamente, sino por el halo de triunfador con el cual se vendía.

“Que fue Asesor de Bush”; “que llevó al triunfo al Presidente de Venezuela”; “que da clases de marketing en tal o cual parte”. Todo un portento.

Con el paso del tiempo me di cuenta que eran más las echadas que las realidades. No sé si es porque no entiende la ideología de los mexicanos, pero de pronto se le ocurrían verdaderos disparates.

Durante un tiempo desapareció y luego supe que estaba en la Campaña de Guillermo Padrés.

Ahora vuelve al escenario detrás de un supuesto fraude. Dicen  que anduvo consiguiendo fondos para la reunión de Gobernadores fronterizos que se desarrolló en el 2007 en Puerto Peñasco.

Que formó un fundación para el caso y cuando tuvo 300 mil dólares depositados en su cuenta, se quedó con ellos. Aunque dicen, no me consta, para mí, para eso me gustaba.

 

 

Muchas gracias

 

lunes, 10 de agosto de 2009

50 deseos

Palabras Mayores

Bécker García

 

Cincuenta deseos…

“Llegar a los 50 años de vida no es el fin”

Sharon Stone

 

Sharon Stone, la famosa actriz de la película “Bajos Instintos” para festejar sus 50 años de vida, nos regala a sus admiradores unas fotos sexys publicadas en una revista parisina.

Yo me imaginaba que haría esto la Sharon en París, y por eso hubiese querido estar por allá en este tiempo y haber festejado juntos mi cumpleaños número 50. Pero no, esta crisis en la que estamos metidos me permitirá, cuando mucho, comprarme un pastelito y una soda de cola.

No es que esté llorando o mucho menos, igual la Sharon se lo pierde, porque podría haberle contado de lo que me ha tocado ver y vivir en medio siglo de vida que cumpliré, si me cuido un poquito y si Dios quiere,  el siguiente sábado 15 de agosto.

Podría decirle, por ejemplo, que aún recuerdo el día que mi padre me llevó a conocer el mar y me paseó en una lancha que seguramente alguien le prestó.

Tenía una sirena real que me permitió tocar una y otra vez y me sentía yo como si fuese una especie de Dr. Kildare con su ambulancia acuática.

Y podría contarle también como es que en unas carreras de bicicletas, alrededor de la plaza de Huatabampo, con apenas 5 años de vida, triunfé por más de media cuadra sobre el resto de mis competidores. La trampa, si la hubo, fue que yo tripulaba una bicicleta enorme para mi edad, y le daba a los pedales medio vuelo, subía y bajaba hasta la mitad porque no me daban las piernas para darle la vuelta entera.

Podría decirle como llegué un día a la escuela aquella donde me pasaría 13 años de mi vida coleccionando amigos de todos tipos. Como es que llegué a esas aulas y me parecía que me perdería en la inmensidad de sus edificios azules pero con el tiempo los sentí parte completamente mía.

Le platicaría como era entonces esta ciudad que me encanta y donde me siento parte del escenario urbano, como el Chapo del pico de gallo o como el “mete cambios” esperanceño  o como mi amigo Pedro el Hotdoguero de la Veracruz y Nainari.

Le diría como, al paso de los años, he ganado muchos amigos y los pocos que he perdido, casi estoy seguro de que han sido por culpa de mis tonterías.

5 décadas, medio siglo, se dicen fácil, pero ya juntos son muchos.  Como muchos son los deseos que voy a pedir ese día y que son, de uno por uno; 1; que ya no haga tantas tonterías, 2; que haya trabajo, 3; querer más a mis hijas, 4; no pelearme mucho con la mamá de mis hijas, 5; que me dure mi madre, 6; que me duren mis hermanos, 7; que me sorprendan más cosas cada día, 8; que no se acabe el Rock, 9; que se me haga ver una ópera en Paris; 10; que pueda ir a otro mundial de Fútbol, 11; que escriba muchos libros, 12; que lea más libros, 13; que mis amigos me sigan teniendo paciencia, 14; tener 5 pantallas de Leds, 15; que por fin, éste número, el 15, me de buena suerte, 16; que me maravillen más ojos de más mujeres, 17; que los Pumas ganen más campeonatos, 18; que los Yaquis le ganen a los naranjeros (y si viene otro campeonato, bienvenido), 19; que Dios me siga favoreciendo, 20; que siga extrañando a mi padre como hasta ahora, 21; que viva la poesía, 22; que sepa ser agradecido, 23; muchas tardes de otoño con mi nieto Bécker, 24; más tardes de noviembre en las playas de Sonora, 25; muchos olores a pino en Yécora, 26; comidas con las manos y sin servilleta, 27; wiskey con hielo, 28; cervezas sudadas, 29; que nunca me abandone la pasión, 30; que me alcance la vida para ver a otro amigo como Gobernador de Sonora, 31; que sea todo para mejorar 32; café con leche de madrugada 33; más asombro del talento de Renée, 34; pocos ojos lacrimosos del corazón de Renata con aderezos gourmet, 35 otros versos dibujados de Romina, 37; aferrarme a gritar que los ideales existen 38; no resbalarme con los míos, 39;  humildad aunque sea dosificada, 40; que me salgan canas (o cabello), 41; tolerancia ante la diversidad, 42; aprovechar los dones, 43; seguir creyendo en el poder de una oración, 44; que el PAN no sea como el viejo PRI, 45; que el PRI no vuelva a ser lo que era, 46; por una izquierda mexicana seria y de propuestas, 47; por el orgullo de ser mexicano, 48; de ser sonorense, 49; de ser cajemense, 50; que me sigan leyendo.

 

Gracias

 

martes, 4 de agosto de 2009

Palabras Mayores

Bécker García

 

“Fue un momento / un momento / en el centro del mundo.”

Idea Vilariño

Al momento del suicidio…

Abdón Porte fue un excelente jugador de fútbol uruguayo, que hasta la fecha, en su país lo siguen recordando como héroe.

Nacido en 1880, murió en 1918, a los 27 años, de una manera trágica que le abrió las puertas a esa inmortalidad de la que gozan los verdaderos ídolos.

Su historia me la encontré leyendo un fascinante libro, sobre vidas y muertes célebres, aún cuando caí en cuenta que ya antes la había leído, novelada, en el libro de Eduardo Galeano (quien a su vez fue quien escribió el libro que Hugo Chávez le regaló a Barack Obama, “las venas abiertas de América”) sobre fútbol, titulado “Fútbol a sol y sombra”

Jugador fuerte, recio y duro, a quien por sus facciones apodaban “El Indio”, era el titular de la media cancha en el equipo “El Nacional”.

Ahora los futbolistas son muy longevos, por muchas razones, pero entonces, a los 27 años, los jugadores prácticamente iban de salida.

Una semana antes de su muerte, por vez primera y en uno de los juegos, el Director Técnico movió de su puesto a Abdón para darle la oportunidad a un jugador más joven. Tal vez (él no se lo dijo nunca a nadie), el centrocampista miró de un golpe que las aptitudes ya no estaban todas con él y sintió ese vacío que a cierta edad y en determinadas circunstancias aparece en nuestras vidas tan irremediablemente cruel.

Para el siguiente juego pidió alinear en su posición normal, jugando ante el Charley, al cual le ganaron por tres goles a uno.

Recuerdan, quienes lo vieron, que “El indio” se movió en la cancha logrando sus mejores y últimas jugadas, tal como si de nuevo fuera un jovencito.

Luego del juego, que imagino yo fue por la noche, los directivos del equipo hicieron un pequeño festejo para celebrar el triunfo. En el mismo, el comentario general fue que había Abdón Porte para rato.

A la una de la mañana, el jugador se despidió de todos y anunció que tomaría el último tren que lo llevaría a su casa (y no es, pero sí, metáfora).

Luego se desvió hasta el Estadio del Nacional que para él siempre estaba abierto, caminó hasta el centro del campo donde fue por años el amo, extrajo dos cartas de entre sus ropas y las puso dentro del sombrero de paja que llevaba, para luego tomar su pistola, apuntarse al corazón, ese corazón que como orgulloso capitán de su equipo se encendía en cada juego, y jalar el gatillo que le quitó la vida. Por un momento se convirtió en el centro de su mundo.

Abdón Porte, quien había nacido para jugar fútbol, no soportó que sus habilidades se viesen mermadas sin remedio y prefirió quedarse para siempre en el centro del campo que lo vio ganar 13 campeonatos nacionales y varios torneos internacionales.

Hasta el día de hoy, casi después de un siglo, en la tribuna del vetusto estadio, una bandera permanentemente ondea la frase; “Por la Sangre de Abdón”

Y por la sangre de mi sangre que es la misma vida, mi vida, creo que ya es tiempo de cambiarle a esto, antes de pensarme en el círculo central del campo, asustado porque mis capacidades han decrecido.

Como ya no le entiendo a lo que está pasando, prefiero regresar a los días aquellos en los cuales mis pretensiones mejores eran leer un buen libro y escribir un buen texto. Repasar algo y pensar que con una crítica constructiva en tinta y en papel podríamos vivir un mejor mundo.

Que los niños del ABC son usados por unos y por otros como carne de cañón para obtener votos, no tiene nombre.

La política no debe basarse en encender odios y miedos, que luego no tienen regreso.

Que se castigue a los culpables, claro; pero que no se fabriquen otros con tonterías.

Richard Nixon, para llegar al Senado en 1950 en contra la demócrata Helen Douglas, inspiró una campaña de miedo en contra de esta mujer, tolerante a los comunistas, a la cual bautizó como la mujer rosa. No roja, rosa, porque a final de cuentas sus ideas seguían siendo tan americanas como las de Nixon.

Fue tan dura y cruel la campaña contra ella, cargada de medias verdades o mentiras completas, que desde entonces se le bautizó, a Nixon, con el nombre de Tricky Dick, “Ricardito el Tramposo”, y ese apodo le persiguió hasta su muerte.

En los últimos días de su presidencia, su conciencia (o lo que de ella quedaba) lo llegó agobiar tanto, que bebía en exceso, como también utilizaba en demasía pastillas que lo mantenían en permanente confusión mental. Tan grave era el problema, que en la Casa Blanca nadie seguía sus instrucciones hasta consultarlas con el Secretario Henry Kissinger, quien al final, fue el verdadero poder detrás del trono.

Por eso prefiero suicidarme políticamente y regresar a los tiempos aquellos en que, creo, construía más criticando que callando, porque parece que después de esto a la política no le quedaran medallas de gloria.

La descomposición social no tiene regreso; si le apostamos a eso, gane quien gane, no podrá gobernar a una sociedad de odios.