Palabras Mayores
Bécker García
Mi abuela Eva, vivía en Atenas 66, y de ahí tengo el recuerdo primigenio de mi vida. Con 3 años apenas, en visita desde Sonora, alguien me había comprado unas botas norteñas. Como sucede en las vetustas casas del Distrito Federal, en la azotea se tendía la ropa y desde ahí aún se podía ver los nuevos edificios de Reforma y tal vez, la Torre Latinoamericana.
La escalera era (como si hoy la pudiese tocar), en espiral, metálica y negra. Faltaban tres escalones para concluir el descenso, y mis botas se enredaron en mi impericia. Desde entonces guardo en mi cara como prueba, una ya disimulada cicatriz de mi aterrizaje.
En la esquina con Bucareli, se encuentra el Palacio de Cobían, hoy sede de la Secretaría de Gobernación.
Al llegar nos estaban esperando con una lista en mano. Dimos nuestros nombres y nos condujeron a la biblioteca; un salón inmenso, con libros que datan desde tiempos de la colonia.
En el centro del mismo, no se porqué razón, la fotografía del fundador del PAN, Gómez Morín, quien nunca ocupó ese puesto.
Una vez todos sentados, entraron los asistentes del Secretario Gómez Mont para decirnos que de acuerdo a las circunstancias, se encontraba muy ocupado, pero que pronto estaría con nosotros.
Media hora después, el Secretario, acompañado por el Subsecretario de Gobierno, Roberto Gil, entró con el andar cauteloso de quienes pisan fuerte.
Apenas en los saludos, entra un asistente con cara ya casi de pánico. Le acercó un escrito al Secretario, mientras, casi podría jurarlo, a todos se nos vino a la mente lo del desaparecido Fernández de Ceballos e imaginamos a coro, la suspensión de la junta tan esperada.
- Que esto lo de a conocer el Gobernador, ordenó tajante.
Luego, mientras el ánimo regresaba al colectivo cajemense, pidió iniciar con la reunión.
De inicio escuchó una cronología de lo realizado por el Movimiento Ciudadano por el agua. Las Marchas, los acuerdos, el pacto del Yaqui, las reuniones informativas y todas aquellas acciones hechas en nombre de lo justo.
Hubo preguntas y para todo hubo respuestas.
Luego, el recuento del encono. Los bloqueos de los spots para los legisladores federales, los eventos alternos para las marchas, la propaganda abusiva, el secuestro de los camiones vía amenazas para no poder transportar gente, la compra de agua arriba de la presa y ahora en el Valle, es decir; las provocaciones y las incongruencias.
Y se le dijo: “Secretario, es evidente el encono social que se ha provocado en Sonora de manera irresponsable, poniendo a Hermosillo contra Obregón”.
En la política moderna, no se puede dejar a la suposición lo que se afirma y pregunta: ¿Tienen encuestas que midan lo que dicen?
Y salen entonces las encuestas que dicen que el 68% de los sonorenses está de acuerdo que el tema del Novillo contra desaladora está provocando división entre los sonorenses. En el caso de Hermosillo, los números llegan al 75%. Claro, se le explica, para los capitalinos son los cajemenses quienes tienen la culpa y viceversa.
Y se abunda. Dos de cada tres sonorenses están seguros de que esto puede generar un conflicto. En el caso de la capital, esta respuesta alcanza el 72%, es decir, 3 de cada 4.
Así, uno a uno los números van cayendo con la contundencia de la razón, mientras los ojos del Secretario escudriñan la inmensa pantalla donde se proyectan.
En la colosal biblioteca, los libros huelen a sapiencia ancestral. En un momento dado, esperé que detrás de ellos saldría el traidor Victoriano Huerta o Plutarco Elías Calles o Federico Reyes Heroles o el recién finado Juan Camilo Mouriño, todos ellos Secretarios de su tiempo.
De los asistentes, el más grande de ellos en todos los sentidos, Don Enrique, habló directo con Gómez Mont: Le dijo que quizá el Gobierno del Estado no ha meditado bien en el conflicto que se viene. Si hay otras opciones, dijo, porqué habría que aferrarse a la más conflictiva de todas. Y no se calló, para decir que desde tiempo atrás se privilegia a la capital en vez de a otras ciudades que necesitan crecimiento como Guaymas, Nogales, San Luis, Navojoa y el propio Cajeme, entre otras.
Con voz de pausa y de sosiego, reflexionó como quien lo hace para dentro: “Creo que no se debe de repetir en Sonora lo que ha pasado con Guadalajara, Monterrey y ahora más cercano Aguascalientes; no queremos una mega ciudad rodeada de pobreza, porque eso no es justo”.
Ahora sí, los silencios ahogaron las palabras.
Luego, Gómez Mont aclaró la garganta para, convencido, afirmar que es un creyente en los consensos. Que ha tomado nota y que entiende que es deber de todos encontrar soluciones que no conlleven a un sacrificio innecesario.
Afirmó que pediría todos los estudios para encontrar, como lo ha hecho este gobierno, la mejor solución sustentable.
“Buscaremos resolver el problema a la mayor brevedad sin caer en el encono”
Al despedirse de mano de cada uno de los asistentes, se detiene ante uno de ellos, y, raro en un político, mirando a los ojos afirma que, en esto, no habrá perdedores.
Al salir y después de dos horas completas de plática con el Secretario, en Atenas 66 los espacios están vacíos. Y es que, como lo es a veces el modernismo necio, donde vivió Eva, mi abuela, ahora es un frío estacionamiento.
Solo le pido a Dios por ella y porque, en mi tierra, los recuerdos no se vacíen como agua en resumidero.
Gracias
Para columnas atrasadas: http://beckergarcia.blogspot.com/
otra vez nos sorprendes con tu narracion. esperamos la tercer, eh?
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