¿Es acaso esto el Nuevo Sonora prometido?…

Palabras mayores

Bécker García

Alguien me dijo: nosotros vamos a pedir “mochada”, dentro de lo normal, no caeremos en la inmoralidad de los que se fueron.

Le pregunto al nuevo funcionario: ¿Dónde empieza eso y dónde acaba lo otro?

No supo responderme; sólo me habló de un ex funcionario que, según él, tiene 10 millones de dólares en su cuenta. Bonito adagio aquel de; “mal de muchos, consuelo de rateros”.

Un proveedor de materiales de construcción, me dice que la voracidad es tremenda. “Traían hambre estos nuevos funcionarios, como si el mucho tiempo de espera hubiese acabado de pronto y ahora, les llegó el turno de arrasar con todo lo que se ponga enfrente”

Y continua con coraje e impotencia, pues si “raja” lo “cortan”; “no nos quieren pagar lo que ya entregamos, hasta primero poner el famoso porcentaje por delante”

Otro nuevo funcionario, pide ciertas “cosas” para que los oficios salgan de la manera más rápida, a pesar de que sabe que esto no es posible porque su incapacidad y desconocimiento de los trámites, no le permiten hacer su trabajo ni rápido ni de manera eficiente. Está aprendiendo apenas, pues.

Son muchos los cambios que el Gobierno del Nuevo Sonora ha hecho, y, cuando menos en lo que parece y rascando solo por encimita, no todos han sido de la calidad que los sonorenses nos merecemos o que nos prometieron en campaña.

Si es en las instituciones educativas, los nuevos directores son personas que jamás han estado de manera permanente en la academia, sino, lo son por el hecho de que alguna vez pasaron frente a un aula y no se dan cuenta de que, eso, no los convierte en académicos y solamente están como reparto del botín de guerra y por tanto, no han aprendido que humildad es el principio del pedir.

Si es en algún hospital, su referencia es el odio que tienen hacía quien antes fue su jefe y ahora; faltaba más, viene el desquite.

El colmo es el tipo aquel que corrieron de una dependencia federal por robar medicamentos y revenderlos y ahora, en este nuevo esquema, es el encargado de compras e insumos estatales. Claro, de no ser nadie profesionalmente, ahora hasta resultó con maestría.

Y si de municipalismo hablamos, no existe. Desde el centro del Estado; desde la mayoría de las Secretarías; desde casi todas las direcciones generales, se dicta qué, cómo y cuándo hacer las cosas, queriendo atropellar a los alcaldes, máxime, si son de su mismo azuloso partido, porque con los otros, pueden correr riesgos.

Hay un Secretario, que fue a un municipio a dictar las reglas del juego, sin tomar en cuenta a quienes son el primer contacto con los proveedores y que son, a final de cuentas, quienes habrán de exigir calidad y tiempos en las tareas. “Aquí, es el Gobierno del Estado quien pone la lana y por tanto decidimos como y con quien”, dijo y, si lo supe por varias fuentes distintas que me lo cuentan casi igual, quiere decir que hay una gran posibilidad de que sea cierto.

Para conseguir el fin, no importa el cómo, decía mi querido Nicolo Maquiavelo. ¿Será entonces que por ello existen muchos inconfesables compromisos de campaña? ¿Serán tantos que, no importa que el nombre del Gobernador Padrés ande de salpicadura en embadurne por boca de sus recomendados? Porque eso sí, dicen ellos, coinciden todos que, “ni siquiera una secretaria se va a cambiar si antes no la aprueba el Memo”.

Y eso no es todo, a los trabajadores de confianza a quienes les han pedido la bola y que son muchos, los traen del tingo al tango para darles, no la liquidación justa que les debería corresponder si estuviésemos en el México ordenado y generoso del que tanto hablan los panistas, sino la parte proporcional que les toca de aguinaldo y vacaciones, porque eso sí, y para eso sí salieron buenos, ni un cinco de más.

Y les dicen, no sin cierto desprecio y burla; que el Secretario no ha firmado el cheque; que están esperando el convenio; que la liberación del recurso, que bla bla bla, y que regrese, si tanto le urge, mañana o pasado. Al cabos que la calderonista gasolina tan cara la regalan.

Pareciera como si, en las promesas de un Gobierno ciudadano y de rostro humano, solo se considerara a los sindicalizados como tales, y, lo que es peor, como sus aliados (los del resto pasan a ser, en lo burdo de medir todo lo anterior con el mismo rasero, sus enemigos jurados), porque al resto los humillan y desprecian.

No existe orden ni concierto, ni hay, por ningún lado, aprecio por el trabajo hecho anteriormente por quienes ganaban con esfuerzo diario lo que se merecían.

En cambio sí hay, mucha prepotencia, muchas ganas de hacer rápido lo que esperaron por años y convertirse en “fast track” y casi sin darse cuenta (que para eso ganaron, hombre!), en todo aquello que odiaron y criticaron por siempre.

Y aún hay más historias, cada una con nombre y apellido coincidentes, que irán saliendo, por boca de los afectados, de poco a poco y de vez en vez.

Mientras y por el bien de Sonora (así, sin adjetivos temporales), espero que el Gobernador Padrés se de cuenta a tiempo de cuanta rapacería en su Nuevo Sonora, que se convierte en incubadora de remedos sub´17s, elevados a la “ene” potencia, a los cuales sufrimos y odiamos todos.

¿Justo e incluyente? ¿Confianza?

¿A cuál familia se refiere?

Para columnas anteriores favor revisar: http://beckergarcia.blogspot.com

Gracias