lunes, 9 de noviembre de 2009

Tarantino de Nuevo...

Palabras mayores

Bécker García


Dicen los que saben, que el cineasta norteamericano, Quentin Tarantino, gastó los pasados diez años de su vida en perfeccionar su más reciente película, “Bastardos sin gloria”.

No entiendo porqué tardó tanto en escribirla y prepararla, si, para el caso, Tarantino se repite así mismo en su violencia, muy al estilo de Perros de Reserva y de Kill Bill, donde las secuencias de sangre se vuelven interminables hasta llegar al grado de aburrirnos.

Pero bueno, tampoco todo esta perdido con el Infant terrible del cine norteamericano, porque tiene, la nueva película, destellos deslumbrantes y diálogos enloquecedoramente inteligentes.


Divida en capítulos, sin duda el primero de ellos es el mejor de los cinco. En la campiña francesa, en el año de 1941, un granjero con sus tres hijas recibe la visita del Coronel Hans Landa, del Servicio Secreto alemán, al cual le llaman “el cazajudios”.

Le pide al granjero que sus hijas abandonen la casa familiar y pasando del francés al inglés, le hace un interrogatorio con el cual lo lleva a delatarse así mismo y, confesar que en el sótano de la casa esconde a la familia Dreyfuss.

Retomando el Francés para que los judíos escondidos piensen que han logrado la salvación, hace como que se despide y supuestamente pide a las hijas del granjero que regresen a la casa cuando en realidad, son los soldados que lo acompañan quienes entran a la casa para disparar al piso de madera y matar a cuatro de los cinco integrantes de la familia. Solo se escapa una adolescente, Shosana, la cual reaparecerá más tarde en la película.

El hasta ahora desconocido Christopher Waltz, que encarna a Landa, realiza una actuación apabullante que deja a Brad Pitt, cuando mas adelante aparece, como si fuera apenas un embrión de actor preparatoriano.

De ahí para adelante la sucesión de los Bastardos sin Gloria tiene escenas cargadas de violencia y dos o tres escenas muy rescatables.

Ojo, no quiero decir que sea una película mala, afirmo, sí, que parece ser repetida.

Es la trama la que se parece más a una película del montón, quizá porque intenta rescatar de infinidad de películas norteamericanas la historia de venganza y redención del mundo en contra de los nazis.

La historia cuenta como el inventor de la propaganda nazi, Joseph Goebbels, estrenará una más de sus películas donde se ensalza a los héroes alemanes, con el objetivo de levantar la moral de los nazis, sobre todo cuando en ese tiempo, ya 1943, existían varios signos alarmantes de que la guerra no la iban ganando.

Tarantino se burla abiertamente de un Goebbels a quien dibuja como un lamebotas de Hitler y un neurótico sin sentido, cuando, lo sabemos, su aportación a la causa nazi pudo conseguir que millones de alemanes perdieran el sentido de la realidad y creyeran la historia de supremacía que les habían prometido.

Aún cuando la historia no fue así, porque Goebbels y el Hitler mismo no murieron a manos de judíos en un cine, sino por suicida mano propia, uno entiende que este ejercicio de Tarantino raya en lo hipotético de “y si hubiera ocurrido así…”

Sin embargo para quienes observamos la política y la comunicación inherente a la misma, nos deja una reflexión clara. La propaganda no lo es todo y por más que la misma sea efectiva y efectista, sin un trabajo claro y decidido de los políticos, la misma se cae en pedacitos.

Y es en esto tiempos de propaganda al extremo donde, los políticos deberían de hacer un breve alto en el camino y saber, pensar, reflexionar, que los errores se pagan tarde o temprano por mas que se quieran cubrir con spots publicitarios y actos enmarcados en la vacua imagen del engaño.

Recomiendo Bastardos sin Gloria de Tarantino, a pesar de que, reitero, el maestro se ha duplicado así mismo.

http://beckergarcia.blogspot.com

Gracias

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