jueves, 12 de noviembre de 2009

Manolo Barro en la dimensión desconocida …

Palabras mayores

Bécker García

El triunfo de Manolo Barro como alcalde de Cajeme en las pasadas elecciones, fue un fenómeno digno de analizarse.

Inició su campaña con treinta y cinco puntos debajo del competidor del PRI y, para muchos, los dos meses que duró la campaña era muy poco tiempo para remontarlos y aún, colectar otros mas para que la ventaja fuese suficientemente holgada para no caer en las dudas postelectorales.

Digno también de analizarse, es el nivel de conocimiento que tenía para entonces un hasta ese momento desconocido empresario del sector marino, pues apenas lo conocían el 62% de los encuestados y, aún mas, solo el 48% lo identificaba con el Partido de Acción Nacional.

Sin embargo Manolo tuvo suerte. En la oficina de campaña de enfrente, con su competidor más serio, se empeñaron en hacer una pésima estrategia, la cual poco a poco fue dilapidando dicha ventaja. Los asesores que eligió el candidato rojo, como siempre lo han hecho en todas las campañas en que participan, se ocuparon y preocuparon más en fabricar culpables, buscar fantasmas traidores y pelear contra el mismo equipo, que en percatarse que en la acera de enfrente estaba la verdadera competencia.

Otro factor que le favoreció, es que la misma ventaja que en Cajeme le llevaba a él el candidato del PRI para la presidencia municipal, la tenía Alfonso Elías sobre Guillermo Padrés. Por ese motivo, el candidato azul al gobierno del estado vino una y otra y otra vez a Ciudad Obregón y sus alrededores, y, cuando estaba aquí y en todos los escenarios posibles, ponderaba maravillas de Manolo Barro. El equipo de campaña de Padrés leyó perfectamente el escenario posible: Si ganaba Manolo – o cuando menos reducía la ventaja roja – las posibilidades de ganar el Estado eran muchas.

Cuando faltaban pocos días de campaña y la ventaja colorada se había reducido a unos cuentos puntos, vino el tiro de gracia; En un periódico de poca circulación (pero ese día regalaron miles de ejemplares), sacaron a relucir una acusación contra Manolo Barro. Obviamente, quien diseñó la estrategia, no entiende que una “campaña negra” tiene sus tiempos y sus momentos y que, al inicio de darla a conocer, sea verdad o mentira, lo que se provoca con la denuncia, es un fenómeno de conmiseración ante el atacado y que solo al paso de los días (que en ocasiones pueden ser semanas) y con otros datos de refuerzo, la gente puede creer lo que le están informando.

En una semana, Manolo Barro, ya conocido entonces por su religiosidad, pasó a ser Pepe “el toro” de los cajemenses y mucha gente se indignó ante el ataque y por lo mismo, los puntos de ventaja roja se esfumaron.

En estos pocos días que el alcalde de Cajeme tiene al frente de su encomienda, ha dado muestras de que Pepe el Toro ha muerto, dando paso a un gobierno que por momentos parece no tener rumbo ni concierto. El alcalde Manolo Barro, ha entrado de lleno a la dimensión desconocida.

Contrario a lo que muchos esperaban de él, Manolo se ha encargado de quedar mal con mucha gente y, de fácil coraje (que hasta antes nunca se había visto), pelea con quien osa contradecirlo o insinuarle un rumbo.

Siguiendo órdenes al píe de la letra hermosillense, ha lastimado a quienes fueron o pudieron ser sus aliados, sin pensar que esto nada más dura tres años y que en todo caso, como lo fue su triunfo, esto es de circunstancias.

Literalmente, antes de iniciar su mandato, ya se había “peleado” con gente cercana, luego pidió la renuncia (de muy fea manera) al Patronato de un Conjunto deportivo y de exposiciones, dividió a los locatarios de Mercajeme (a quienes, en la última, no les permitirán los tradicionales puestos navideños), atacó a las Cámaras y a algunos ciudadanos a los que no ha atendido como se debe, entre otros.

Como persona inteligente y exitosa que es, entenderá que la política no es de ocurrencias y de arranques, que el que se enoja pierda, que no todo lo que te dicen que hagas tienes que hacerlo y que, todos, absolutamente todos, tienen su punto de vista que puede servirle en cualquier momento y que nadie es dueño de la verdad absoluta.

Esperemos que para cuando aprenda no sea demasiado tarde.

El espacio se acaba, como un capital político también si no se cuida y esperemos en un futuro, seguir platicando mas a detalle.

http://beckergarcia.blogspot.com

Gracias

2 comentarios:

  1. Estimado Becker, creo que tu "análisis" de la victoria de barro es superficial. Ignorar las repercusiones de los errores del cacique regional (una referencia obligada) en la pasada contienda electoral es buscar argumentos en el aire.
    Solo veo un perdedor, el que los vistió de rojo, el que les quito la voz, al que se obedeció sin chistar, el temido dueño del dinero, el que no supo domesticar su soberbia, el que mostro su verdadero rostro ante la tragedia humana (duermo como bebe).
    Los "triunfadores" lo son porque el otro perdio

    te saludo con afecto

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  2. Me parece que le das demasiada importancia a una sola persona; ves el árbol pero no el bosque. Ahora bien y como lo escribo en mi "análisis", el espacio se agota y apenas vamos empezando y la misma soberbia a la que te refieres, es la misma que estoy viendo ahora; él que cambio el escudo oficial a azul, el que no escucha ninguna otra voz que no sean las suyas y ojalá, no tenga que pasar por el terrible trance de la tragedia humana.
    Con todo y la persona que dices, Ernesto Vargas inició con 35 puntos de ventaja y perdió por 10, eso quiere decir que, dilapidó 45 puntos en dos meses; digno de Ripley
    Saludos

    Bécker García

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