En El Tratado de Libre Comercio para América del Norte,
coinciden tres países; de Norte a Sur: Canadá, Estados Unidos y México.
Al Gobierno de Estados Unidos ha llegado un loquillo, desequilibrado,
valiente de callejón, misógino y vengativo personaje, llamado Donald Trump.
El Loquillo se queja de que en dicho Tratado, su país tiene un
déficit y por lo mismo se debe de reestructurar.
A pesar de que su déficit comercial más grande es con China, y
también existe con Canadá, el Loquillo ha enfilado sus baterías para con quien cree el país más débil, es decir México.
Canadá y su ministro Trudeau, cobardemente, hicieron mutis en
las conversaciones y mandaron decir que ellos, le darán bola al gigante USA y
se olvidarán por lo pronto de nuestro país al que dejan a su suerte. ¿Así, o
más ruin?
Contrariamente, cuando el belicoso y retador “pelos de elote”
Trump, coqueteó con China disidente, es decir Taiwan, manteniendo una serie de
llamadas telefónicas con la presidenta Tsai Ing-wen, rompiendo
una tradición que desde 1979 exigía reconocer solamente una China. De
inmediato, Xin Jianping, presidente de ese país, le advirtió a Trump que
“tuviera cautela para evitar molestias innecesarias a las relaciones bilaterales”,
es decir, o te calmas o te chingo.
Entonces Trump, obviando ponerse
los guantes con los de su tamaño, decidió agarrarnos de su puerquito a nosotros
los mexicanos.
En apenas siete días nos ha dado con todo. Mojicones, cascotajos y
patadas en salvasealaparte.
El mundo se asombra ante la intensidad de la acometida y en ciertos casos
(no cuenten a Canadá) hasta se indigna.
Pero la historia se repite y en esta historia, Tump es Hitler
modernizado.
Y recordemos que en el año de 1936, Alemania bombardeó Madrid, Barcelona
y Guernica (1937), ante la mirada atónita del resto de los países europeos.
Eran tiempos en que Franco atacaba a la República y entonces el Presidente
español, Negrín, acudió con los dos grandes países que podrían echarle una
mano; Inglaterra y Francia. Estos, desoyeron el llamado de ayuda del Presidente
español Negrín y lo dejaron a su suerte. Luego, ya sabemos la historia, del
ensayo de España, Hitler atacó al mundo entero y esto provocó 60 millones de
muertos.
El mundo debe de estar al pendiente de lo que el Loquillo está haciendo
con México.
No solamente por lo alevoso de los golpes que no están dando a los
mexicanos, sino porque somos el laboratorio de lo que están esperando millones
de norteamericanos que votaron por Trump: ejercer una supremacía mundial
económica de Imperio, donde tratará de poner de rodillas a quienes no vivan en
su territorio, incluido Canadá.
Pero la solidaridad del mundo debe de iniciar por la propia casa. En
estos momentos, hasta el Presidente Peña Nieto, merece que nos unamos todos en
la misma dirección de defensa de nuestra dignidad y nuestra autonomía como un
país que merece la mejor de las oportunidades. Es más, hasta el propio
Videgaray debe de ser solidario con el mandatario y dejar de hacer
genuflexiones de más en Estados Unidos.
Conste, no estoy pidiendo que no exijamos lo que como ciudadanos nos debe
el Presidente, sino que en estos casos, debemos empujarlo también para buscar
alternativas de trato con dignidad y respeto y si es necesario apretarnos el
cinturón, trabajar en un mismo sentido, no adquirir productos gringos y demás,
lo hagamos.
Y pongo como ejemplo a López Obrador, quien se ha solidarizado con su
máximo enemigo y no solo ha moderado su discurso, sino se ha declarado como un
aliado y aconseja a Peña, acudir a la ONU para tumbar las intenciones de
construir un muro.
Mexicanos al grito de guerra, o de lucha, es tiempo de unirnos y demostrar de lo que estamos hechos.
Ya dije
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