domingo, 27 de marzo de 2016

Los Porkys violadores


Algo está ocurriendo con nuestra sociedad. Un hartazgo aparece, la mayoría de las veces con desilusión, en las conversaciones de quienes se dicen asqueados de lo que cada día nos enteramos con mayor profusión.
De los políticos, tan prometedores a la hora de pedir los votos y tan olvidadizos al momento de cumplir, la sociedad de se encuentra harta.
Pero también dentro de la sociedad civil se han desatado eventos vergonzantes, denunciados ahora mediante las poderosas redes sociales que están rompiendo con el monopolio que anteriormente detentaban exclusivamente los medios de comunicación. Ahora, la mayoría de las veces y tratándose de escándalos, primero hacen su aparición en internet.
El caso del conductor de un Ferrari, uno de cuyos guaruras golpeó a un ciudadano, supuestamente por un cerrón en el Viaducto Tlalpan, en el D.F., le dio la vuelta al mundo debido a un vídeo tomado por otro conductor.
Y resultó que, el señor del Ferrari,  es una fichita a la cual se le seguían varios procesos jurídicos pero que, “casualmente”, hasta antes del incidente permanecían congelados en la Procuraduría de Morelos y del Distrito Federal.
¡Fíjate que suave!, si no hubiese ordenado la madriza, éste señor seguiría tan campante por las calles, y como si nada.
Acá en Sonora también pasan cosas y las descubrimos también por redes sociales.
Sin embargo hay un hecho nacional que se sale de un escándalo menores proporciones y raya en el cinismo por la protección a 4 delincuentes, hijos de políticos y empresarios veracruzanos, a quienes apodan Los Porkys.
Estos jóvenes que rondan los 20 años, buscan a menores de edad, para secuestrarlas y violarlas.
Según el recuento, en Veracruz viene pasando esto desde hace ya varios años (aunque no siempre son los mismos integrantes) y muchas de las veces matan a sus víctimas.
Operan como una banda de delincuentes a los que no les interesa el tráfico de drogas, si no nada más “divertirse” ultrajando a jovencitas., porque al final de cuentas, dinero les sobra y protección la obtienen por medio de sus padres.
Pero, detrás de cada historia, existen autoridades que dejan pasar las cosas. La justicia que no avanza, permite que pasen cosas como estas.
Hoy, cuatro de estos jóvenes, a pesar de estar confesos de la violación de una niña de 17 (y se sospecha de la muerte de otra de 16), están a punto de quedar libres, por las influencias de sus padres y los oficios de abogados caros.
La pregunta es, si los padres los salvan una vez, ¿Qué sigue en su concepción del mundo?
Sin ser moralistas, creo que cada uno de nosotros, en nuestro entorno, debe de poner su granito de arena y buscar, que la justicia se respete y entonces, empecemos a respetarla en las cosas nimias, para exigir que la probidad comunal, sea cuestión de todos los días
Digo



1 comentario:

  1. este articulo me da asco, no divertido, no interesante, solo asco por hablar de una muy triste realidad

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