lunes, 7 de diciembre de 2015

¿Quiénes son los verdaderos dueños del Seguro?


1er caso:
Hace algún tiempo, un amigo quiso intercambiar mi motocicleta por una cuatrimoto. Vamos a verla, me dijo, está en un taller en Benito Juárez, donde le están dando servicio.
No me gustó.
Por cosas que pasan, regresamos tarde del contiguo municipio y en el camino, tratamos en vano de encontrar la trasmisión radiofónica de un juego de fútbol de la selección mexicana.
“Lleguemos a verlo a casa de mi mamá, aquí en la entrada de Obregón” me dijo, y, previo pedirle permiso a la fiera que tengo en casa, acepté.
Nos instalamos en la sala, nos dieron bebida y botana y, en una de esas, me levanté al baño y al salir, justo puerta con puerta, había un cuartito que parecía farmacia: dos pequeños tanques de oxígeno, cientos de cajas de medicamentos, material de curación, equipo hospitalario menor (cómodos, patos) y más.
Regreso con mi amigo y le pregunto:
-       Oye zutano, ¿Quién está enfermo? Tu casa parece farmacia.
-       Ah – me responde sin quitar la vista de la pantalla – son cosas que sobran en el Seguro y que mi mamá se trae. Ahí trabaja, ¿No te había dicho?
2do caso:
Me cuentan que hace unos meses, una enfermera del Seguro Social busco que, para no hacer fila, a un pariente cercano, le hicieran una resonancia magnética a deshoras, es decir, por la noche. Digo, privilegios sindicales, ¿qué no?
El caso es que por la noche, el costosísimo equipo no debe de estar encendido y tampoco existe un médico encargado de estar al pendiente de los protocolos necesarios para operarlo.
Una doctora, estudiante apenas (y de otra especialidad no de radiología), se prestó para el caso. Llegó el enfermo, lo subieron a la camilla y dejaron por un lado su pequeño tanque de oxígeno. Cuando echaron a volar el aparato, el cual funciona a través de poderosos imanes, el recipiente metálico del oxigeno fue atraído violentamente y se incrustó en la carcaza del artilugio de marras, causando un boquete tal, que lo dejó inservible. ¿Cuánto cuesta? Ufff…!!
Hoy, meses después, no lo han arreglado y al parecer tampoco lo harán, como escarmiento para el Hospital de Especialidades del Noroeste del IMSS de parte de la Dirección General Nacional.
Pregunto: ¿Qué pasa si alguien necesita un diagnóstico de ese tipo? Respuesta: Solo casos urgentes se mandan a hospitales privados. ¡Bah!
3er caso:
Si tú, lectora, lector amigo, decides estudiar un postgrado, tienes que buscar una beca para pagarlo o hacerlo de tú bolsa. En el caso del Seguro Social, los estudiantes de alguna especialidad, reciben un pago. No únicamente no pagan por estudiar, sino que además, reciben entre 10 y 15 mil pesos mensuales. Qué chulada.
Hasta aquí las historias de terror del IMSS.
Empero, ¿quién de nosotros no ha sufrido, o tiene algún pariente o trabajador que lo ha padecido, que para una simple consulta con un especialista debe esperar meses hasta que le llegue su turno? Y más: ¿Una cirugía? Pues puede pasar hasta un año para que se la practiquen.
Ah, eso sí, que un empresario se retrase en el pago de las costosísimas cuotas que cobra el Seguro Social, de inmediato le caen los notificadores (que cobran una buena lana por el trámite), las multas, recargos y a veces, hasta leoninos embargos. Añiiiiil… Para eso sí son eficientes y expeditos.
Mientras, el Seguro Social parece ser, el botín de los que están adentro y por tanto, luego entonces, que la población derechohabiente se joda.

Gracias



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