Misiones católicas

Palabras Mayores

Bécker García

Recién ha pasado la cuaresma con su colofón que es la llamada semana Santa, y los golpeteos contra la Iglesia católica no terminan.

Mi hija Renée, que es tan observadora, me hizo caer en cuenta que, cada vez que los católicos van a iniciar su fiesta cumbre, como por arte de magia aparecen los reclamos contra la grey más importante de Occidente y la Segunda en el mundo en cuanto a fieles.

Los golpes son duros, pero no del todo inmerecidos para algunos de sus miembros. Algunos especialistas en el tema de la Iglesia católica, argumentan que el celibato no es un mandato ni de Dios ni de Cristo, porque no viene en la Biblia y que esto, es causa de perversiones sexuales de algunos miembros de la misma.

Ninguna de estas premisas es completamente cierta. San Pablo, el verdadero pilar de la Iglesia, en una carta le dice a Timoteo que es decisión de cada quien permanecer célibe como él, pero que lo invita a no tener mujer que lo aleje del servicio total al Reino de Dios pero que eso es solo cuestión de decisión propia. Y sí a eso le sumamos la soltería de Jesucristo, pues tenemos ahí que los principios de la Iglesia católica no están tan alejados de la realidad.

La otra premisa de que el celibato es la causa de los abusos sexuales de algunos sacerdotes, tampoco soporta una prueba del ácido.

Muchos de los pocos sacerdotes que caen en los abusos pederastas, tienen o tuvieron parejas alternas en un momento de su vida. Entonces, el qué es es, y no necesita pretextos ni justificaciones, como tampoco lo ocupan algunos pocos maestros que caen en la misma conducta y miembros de otras religiones donde se permite el matrimonio y aún así se cae en estas circunstancias.

La pederastia, no es justificable por ningún motivo.

Sin embargo la Iglesia no la forman unos cuantos pecadores, sino la conformamos todos los que fuimos bautizados y por tanto, es responsabilidad de nosotros de provocar cambios y coadyuvar a vivir una mejor vida para los feligreses.

Así, el ataque que recibe la Iglesia justo en la cuaresma y en Semana Santa, es también en parte para bajar mediáticamente un poco lo mucho que, mediante actos significativos la Iglesia y sus integrantes realizan en estas fechas.

Miles de misioneros aprovechan los días en cuestión para salir a las comunidades a evangelizar a aquellos que no tienen acceso diario a los servicios eclesiales, debido al crecimiento de la grey y a la lamentable caída en la vocaciones sacerdotales.

Dichos misioneros, además de evangelizar como lo hizo en su tiempo Pablo, aprovechan para buscar carencias sociales y remediarlas en la medida de lo posible, mediante bazares de bajo costo, consultas médicas, pláticas preventivas sobre salud y sobre todo, mucho contacto con las familias inmersas en una crisis permanente, no solamente económica, sino también con grave carencia de amor.

Los misioneros van entonces a buscar hacer su labor, con una gran disposición y un sentido humano que Cristo nos dejó cuando dijo ama a tu prójimo como a ti mismo.

Yo entiendo entonces que los miembros de las religiones son seres humanos con todas sus fallas y sus defectos y que lo que hacen sus misioneros va más allá de lo falible, porque por cada execrable suceso habemos muchos dispuestos a seguir viviendo en consecuencia al legado que nos dejaron en los evangelios.

Por lo mismo, un grupo familiar liderados por Javier y Clarisa de Baidón fuimos al Poblado de Pesqueira, cerca de Hermosillo, precisamente a misionar.

Nos encontramos con una pobreza extrema y con muchos casos de olvido social. En ese pueblo, existen muchos rezagos sociales y mucha gente que viene del sur del país a buscar empleos que por allá no existen.

Cuando los misioneros llegamos al pueblo, la gente se vuelca a encontrarlos. Los esperan como se espera el sol en la noche más oscura. Hay algunos que, sin saber hablar mucho el español, hacen un gran esfuerzo por comunicarse con quienes desde Hermosillo y Nogales, traen, un poquito, solo un poquito, de amor y comprensión.

Hacer esto no acalla los actos terribles que tanto machacan en los medios en estos días, pero sí, reconforta a unos pocos y provoca que algunos otros tengamos conciencia, la conciencia de que el prójimo existe.

Gracias…

Para columnas atrasadas…

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