lunes, 26 de abril de 2010

Casi tres meses…

Palabras Mayores

Bécker García

La semana entrante, se cumplirán tres meses desde que fue presentado en Ciudad Obregón el llamado Plan Sonora Sí.

Debemos reconocer y justipreciar la buena disposición del Gobernador Guillermo Padrés, para buscar de una buena vez y para siempre resolver el problema que atañe a nuestro estado de Sonora, al cual, por obvias y desérticas razones, le falta agua.

Sin embargo no todo puede ser tirar cuetes al cielo. Dentro del ya muy conocido programa, existen dudas e incomprensibles propuestas.

Primero, dicho por boca de dos que tres de sus fallidos funcionarios, es fallido el haber tratado de imponer un plan con el garrote en la mano y con la amenaza de que quien no lo apruebe será proscrito de las inversiones futuras hechas por el Gobierno del Estado. El Gobierno no está para amenazar los desacuerdos, a menos que se considere asimismo como despótico.

En cambio, suena bien cuando se dice que con las inversiones se recuperaran cientos de millones de metros cúbicos que hoy, por una u otra razón se desperdician. Fabuloso. Sin embargo, mal cuando se apuesta todo a la fortuita canasta de las lluvias, porque a éstas nadie las tiene garantizadas.

Pensar en que por el hecho de que las presas del Río Yaqui, Angostura, Novillo y Oviáchic se encuentran casi llenas en estos momentos, siempre lo van a estar, es como afirmar que se tiene un pacto secreto con Tláloc, y por eso suena ilógico. Si ahora lo están, también han tenido épocas vacías.

Por lo mismo a mucha gente de todo el Estado, no únicamente a los habitantes del Valle del Yaqui, no les termina de convencer que, habiendo agua suficiente y de sobra en el mar, se diga que las Desaladoras son caras, agotables y contaminantes.

En el mundo, hoy por hoy, se calcula que más de 300 millones de habitantes consumen agua desalada, de excelente calidad y a precios razonables de producción.

En Sonora mismo, aquí, existes varias de ellas, instaladas en Empalme para surtir de agua a las maquilas Teta Kawi, así como en varios hoteles junto al mar.

No hace mucho, el Presidente Calderón acaba de inaugurar una en Nayarit. ¿Dónde? En Nayarit, ahí donde agua es lo que sobra.

Leí hace unos días, en un periódico de Hermosillo, como el Dr. Nicolás Pineda Pablos, por cierto de Cajeme, argumentaba que las aguas residuales de las desaladoras contaminan el mar, lo cual es falso. Las Islas Canarias, en España, recibieron un premio mundial por lo descontaminado de sus aguas y ellos, viven exclusivamente de Agua desalada. Las desaladoras modernas devuelven el agua al mar, a través de un tubo que las deposita en las corrientes marinas, no junto a la playa, y con esto se evita aumentar la concentración de sal.

Suponiendo sin conceder, les recuerdo que fue el propio Gobierno del Estado quien presumió en la propia presentación del Plan Sonora Sí, como es que un grupo de Inversionistas pretendía instalar una gran desaladora para llevar agua desde el Mar de Cortéz, hasta Estados Unidos. Y la pregunta obligada es; ¿Esa desaladora no contamina?

El Itson ha dicho que la producción de agua desalada es más barata hoy que el acueducto del Novillo. Y yo le creo al ITSON.

Negar que una fuente como la de mar, prácticamente inagotable de sustento de agua no sirve por cara, es algo así como aceptar que es preferible pelearse unos contra otros que buscar soluciones para todos.

Por eso, la desalación de agua de mar es inaplazable para resolver el problema del Agua en Sonora de manera Integral y para siempre.

Claro que hay dos o tres barberos de esos que nunca faltan, que le han de decir al Gobernador (esos seres a los que todos pretenden engañar para conseguir favores y prebendas) que no se preocupe, que el agua del Novillo es para siempre, que son mentiras que se ha quedado casi vacía, y que siga peleando por esa agua que le pertenece a todos los sonorenses.

Le han de decir que, son solo unos cuantos los que preferimos las desaladoras que al agua fortuita de las presas para garantizar agua para siempre y que su imagen está por encima de cualquier capricho, aunque con ello pretendan eso, salirse con la suya.

Pues tengo dos malas noticias y ambas bien sustentadas. Somos muchos y la gente de todo el Estado ya está pensando en que algo huele mal en esto y eso le pega a la imagen del Gobierno. La lógica es contundente; si hay agua en el mar, si hay manera de hacerla potable, ¿para qué dividir al Estado?

Los asesores de Manolo Barro.

Manolo Barro tiene unos pésimos asesores.

Cuando la gente en Cajeme lo siente lejano y alejado de las luchas del pueblo que dijo defender, se le ocurre hacer su mini caravana en contra de las casetas y, lejos de salir con toda la bola reunida en la salida sur de la ciudad, cita a “los suyos” en el Palacio Municipal y de ahí marcha con unos cuantos hasta la caseta de Fundición.

El resultado para él fue pésimo. No solo por segregacionista y excluyente, sino además porque su mini caravana fue diez veces más pequeña que la otra y con eso manda la señal que está… prácticamente solo.

Pobre mi amigo Manolo, tan lejos del Pueblo, y tan cerca de sus amigos diablos.

Gracias…

Para columnas atrasadas: http://beckergarcia.blogspot.com/

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