Cuando el Pueblo habla...

Palabras Mayores

Bécker García

“Sin prudencia no hay virtudes”

Aristóteles

Cuando el pueblo habla…

Cuando me platicaron sobre el proyecto integral de llevar agua a todo el Estado de Sonora, éste aún no tenía el pomposo nombre como ahora se le conoce de Sonora Sí.

Me dijeron que, en una reunión en la casa del empresario hermosillense y Presidente Nacional de las Canacos, Mario Sánchez Ruiz, habían puesto el tema sobre la mesa.

Me dijeron que habría agua de sobra para todo el estado, que unas desaladoras por aquí y otras por allá; me hablaron de presas, me comentaron de revestimiento de canales, y baterías de pozos y la verdad, me pareció excelente.

Pero luego la puerca torció el rabo cuando me aseguraron que desde Sinaloa le darían agua al valle del Mayo, del Mayo al Yaqui y el Yaqui a Hermosillo. De inmediato pensé que ni los sinaloenses soltarían un metro cúbico de agua, tampoco los mayos y que entonces, el proyecto era la misma gata nada mas que revolcada, girando en el eje de llevar agua del Novillo a Hermosillo.

En Álamos platiqué con gente del Gobierno del Estado, supuestamente enterada de esto del proyecto integral, a los cuales les fui haciendo preguntas, una tras otra, y me percaté de que no había argumentos, sino simplemente ocurrencias.

Entonces, en la cúspide de la plática y ya casi llegando a la discusión, llegó la frase lapidaria. “Si no es así, entonces será a fuerzas”.

A fuerzas, ni los zapatos entran; Mr. Floorsheim dixit.

La historia no miente. La historia es el artilugio popular de la memoria colectiva para no olvidar nuestros tropiezos. Y por eso recordé los años noventas en los cuales se intento, en vano, llevarse agua del Novillo.

Recordé como para el año 2003, el agua en las cuencas del río Yaqui era tan poca, que tuvo que bombearse para darle de beber a los cajemenses. Pensé en como es que, luego de la nefasta experiencia, se puso mucho cuidado para tener los volúmenes con que ahora se cuenta, a base de ahorro, previsión y el sacrificio inmenso de aquellos que estaban acostumbrados a tener dos cultivo anuales, con la derrama económica que esto implica y que ahora, desde hace 20 años, solamente pueden hacer uno por la escasa agua existente.

Pero también recordé como el agua doméstica se bajó de un consumo desmedido a uno medianamente tolerable, aunque no ideal, mediante la micro medición casera, industrial y empresarial.

Y de la misma manera vino a mi memoria como desde hace algo así como 15 años, el agua consumida en Cajeme se trata para convertirla en agua gris y aprovecharla en cultivos, con un costo que pagamos todos los cajemenses con sus dos plantas tratadoras.

Lo increíble es que, ante todo este sacrificio, ante todo este esfuerzo, la recompensa pretenda ser una injusticia. Mientras otros no la cuidaron, se busca premiarlos con el ahorro de quienes sí lo hicieron.

Y la injusticia se convierte en atropello abusivo cuando todavía, por pretender defender lo que tanto ha costado, se nos llame abiertamente díscolos, perversos y malvados, y se inunde la comunicación con verdades a medias.

Es una perversión decir mediante los medios de comunicación ad hoc, incluido el ahora impoluto Telemax, que con un día del agua que “tiramos” del Novillo, se le podría dar agua por un año a Hermosillo. ¿Y el agua que se gasta en la Costa de Hermosillo, a precios altísimos de pagos de bombeos, para sembrar trigos y alfalfas es otro tipo de agua? ¿porqué no se utiliza esa misma para darles de beber a ellos mismos? Además, el agua del Novillo se trasvasa de esa presa hasta la del Oviáchic, no se tira.

Es injusto que mientras existan fuentes alternativas que no afectan a nadie mas que, si acaso a los pescados (que parecen tener más derechos y consideraciones que los cajemenses), como es el agua desalada de mar, se pretenda comprometer el futuro de una región como el Valle del Yaqui al llevarla a otra ciudad con ansias de crecimiento desordenado como lo es Hermosillo. ¿Dicen qué no? Qué tal y contamos la historia de presa del Cuchillo, construida para darle un chorrito de agua a Monterrey, Nuevo León y ahora van por el segundo acueducto que ha acabado con el 70% de la producción agrícola del Río San Juan en Tamaulipas.

Mientras la abusiva propaganda dice que el agua es de todos, ¿por qué ocultan la existencia de la misma en Hermosillo y en manos de unas cuanta familias? ¿Esa no es parte de esa misma agua sonorense de la que tanto hablan? ¿No le dará vergüencita al cura Tomás Herrera de prestar su voz para el engaño? ¿Algún cristiano remordimiento tampoco?

¿No tendrán un poco de temor al enfrentar a unos contra otros con tal de salirse con la suya? ¿No se acuerdan de un apellido, Biébrich, que cayó bajo causas parecidas a las que ahora arenga irresponsablemente Alfonso Valenzuela Segura y su séquito de disfrutantes de préstamos sin retorno?

¿No les dirá nada que más de 15 mil cajemenses salieron a las calles a gritar “No al Novillo”, sin pagos de tortas, de despensas, de dinero en efectivo, aún en contra de amenazas, coerciones y abusivas presiones para no hacerlo? ¿No les llamó la atención que el periódico cien por ciento hermosillense y para los hermosillenses haya publicado inicialmente en Internet un número de 2 mil 500 asistentes y luego, ante la evidencia tuvo que multiplicarlo por cuatro y aún así se quedó corto?

En los tiempos en que la información se ha democratizado, apostarle a la desinformación es, jugar a la ruleta rusa del poder y las consecuencias pueden ser muy graves.

Estamos a tiempo de seguir la fiesta en paz. Prudencia, por Dios.

Gracias…

Para columnas atrasadas…

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