Palabras Mayores
Bécker García
“Moral es un árbol que da moras”
Gastón N. Santos
Roman Polanski, el cineasta Francés de origen Polaco, está preso en Suiza. Su delito, cometido hace 32 años en Estados Unidos, país que por cierto, es quien exige su extradición para terminar de juzgarlo, es por violación.
En 1997, el director de Películas como “El Bebé
de Rosemary”, “El Piano” y otras, invitó a una niña de 14 años a la casa del actor Jack Nicholson (quien no se encontraba en el país), en Los Ángeles California, con el pretexto de tomarle unas fotografías para una revista.
Luego de darle de beber champaña y drogas, le tomó fotografías desnuda y la violó en el Jacuzzi.
La comunidad intelectual europea ha puesto el grito en el cielo con la detención, porque dicen, Polanski es un artista.
Mario Vargas Llosa, en su artículo semanal publicado en El País, habla del caso y también del Ministro de Cultura Francés, Fredérick Miterrand (sobrino del expresidente Francios) quien en un libro autobiográfico declara su incursión en el mercado sexual de Tailandia, donde por unos cuanto Euros puedes adquirir los servicios de muchachitos menores de edad.
Miterrand es, uno de los defensores a ultranza de Polanski.
En México, se prohíbe la filmación de la última novela de Gabriel García Márquez, “Memorias de mis putas tristes”.
Quienes promovieron la prohibición, fueron la Periodista Lydia Cacho y Teresa Ulloa, presidente de la ONG “Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe”
Ambas aducen que, la filmación de la misma, sería tanto como promover la pederastia y la pedofilia entre quienes vieran la obra, pues en la novela, un anciano decide regalarse para su nonagésimo cumpleaños, una adolescente virgen de 14.
En la noche de los hechos, en el burdel en cuestión, el senescente señor descubre que puede enamorarse de la niña y decide no hacerle nada.
La novela Lolita de Nabokov, narra la historia de Humbert Humbert, un maestro europeo que llega a Estados Unidos y vive en una casa de asistencia de una viuda con una hija llamada Dolores. Humbert termina enamorado de Lolita y para no ser alejado de ella, se casa con la madre.
La novela fue llevada al cine en dos ocasiones; la primera y para mi la mejor, con Stanley Kubrik y la segunda por Adrián Lyne.
En la literatura existen muchas referencias de amores adultos por menores. La literatura es el mundo donde un escritor dice lo que tiene que decir, inventando historias que parezcan verdaderas. Es entonces que los lectores deciden o no leerlo.
Si bien es cierto que uno no puede mas que aplaudir a Lydia Cacho cuando denunció la red de pederastas y pornógrafos infantiles de Kamil Nacif y fauna de acompañamiento, entre los que se encuentra el Gober precioso Mario Marín, la verdad es que se ha equivocada al censurar una trama ficticia, que, aunque retrata lo que pudiese ocurrir y ocurre en la vida real, para nada es una apología de lo mismo.
Claro que en el arte se debe diferenciar la moral de la impunidad, y es preciso que, por más Roman Polanski que sea, el director debe cumplir con las consecuencias lógicas de sus actos, aunque los mismos hayan ocurrido 32 años antes.
La Cacho ha tomado para sí un error tal vez inocente; confunde la vida real con la literatura y bajo ese mismo esquema, terminaríamos pretendiendo quemar la Biblia por pasajes del Cantar de los Cantares.
La moral no es un árbol de moras, como dijo el político mexicano Gonzalo N. Santos, pero la literatura no puede, ni debe ser, el catecismo de la vida, porque esta nada mas cuenta historias que pretenden ser, en todo caso; bellas.
El seductor…
Hablando de seducciones y abusones: Viernes por la noche en la capital de Sonora. Dos jóvenes acuden a un antro. Ante una de ellas, llega un muchacho y le pide que salgan a bailar y ella lo rechaza, argumentando que está acompañada.
El tipo en cuestión insiste y mas tarde, en evidente estado de ebriedad, les pide que lo acompañen a su departamento. Ellas deciden no hacerle caso y seguir divirtiéndose.
Son las dos de la mañana y salen del antro.
Él seductor las sigue, insiste y cuando la negación es la misma; les pregunta. “¿qué no saben quien soy?”
Claro, le contesta una de ellas, por cierto y para su mala suerte, periodista; “eres diputado Federal”
“Era”, contesta el seductor, “ahora soy Subsecretario “A” del nuevo Gobierno de Sonora.”
Afortunadamente un conocido de las muchachas llega a poner las cosas en su lugar y cada quien se marcha sin mayores problemas.
Gracias…
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