jueves, 27 de abril de 2017

De bodas y otros sentimientos






Ten tus ojos bien abiertos antes del matrimonio; y medio cerrados después de él.
Benjamin Franklin



Las bodas suelen ser eventos memorables en la vida de dos personas, los que se aman, y de los que los rodeamos en ese momento, es decir, de quienes amamos a esos dos.
En la literatura, la música, la ópera y las películas, existen testimonios de bodas memorables. Quizá una de las que más recuerdo, es aquella con la cual inicia la película que luego será serial de tres, El Padrino.
Según la tradición Siciliana, el día de la boda de su hija, el Padrino, Vito Corleone (interpretado por Marlon Brando), uno de los líderes de la Cosa Nostra Neoyorkina, ha de escuchar las peticiones de sus invitados y en la medida de lo posible, buscará soluciones. Dato curioso eso de resolver problemas, cuando dos inician una aventura en la que tendrán cientos de problemas y de aciertos compartidos.
A mi me gustaban tanto las bodas, que hasta creo disfruté mucho la mía.
Pobres como éramos, Almita Mijita y yo, nos casamos y el banquete de bodas fue donde hoy es el gimnasio de la Laguna del Nainari y que en ese entonces, 1984, era un albergue juvenil de aquél famoso CREA.
En noviembre del 2015, disfruté enormemente la boda de mi primogénita, Renée, con su esposo Dagoberto. Ambos, yo no, echaron la casa por la ventana y nos divertimos como enanos. Huelga decir que ella, mi hija, lucía hermosa con su vestido blanco y que tanto su mamá como sus hermanas, se divirtieron como si ellas mismas se casaran.
Quizá la primer boda que recuerdo, fue la de mi tío Manuel Hernando Flores y Flores, realizada aquí en Ciudad Obregón, con mi tía Mirna Bracamontes. Era yo entonces un niño, pero recuerdo lo bella que mi tía lucía con su traje de novia. No es que mi tío haya sido feo, ni mucho menos, pero mi tía es y era, de otro planeta.
Recuerdo también el conjunto musical, IQ, con su cantante, un tal Carlos Apodaca, el cual me permitió sentarme a una batería secundaria (imagino como repuesto de la principal) que ahí se encontraba y yo, hice como que la tocaba casi toda la boda. Desde entonces debí suponer y ahorrarme mucho tiempo, sabiendo que los instrumentos musicales me son negados.
El caso es que el sábado anterior se casó mi hija Renatta, con su pareja, Juan Terrazas, un hombre serio y reservado, que trata en vano de ocultar un gran corazón, pero no le sale mucho.
La boda fue pequeña, pero muy divertida, con toques especiales y no, no me detuve a escuchar a los invitados que pedían algo impensable, como si fuera yo don Vito Corleone, sino por el contrario, todos gozamos y cada quien lo hizo a su manera olvidando en la puerta de entrada nuestros problemas.
Sin embargo hubo también un tiempo para reflexionar, justo cuando miraba la gran dicha de los novios y me preguntaba, ¿qué les depara a esta pareja éste México que les construimos? Porque a veces, en verdad, me preocupa que ellos se vean ante un país que no fue, ni es, con mucho, el que nosotros pensamos en heredarles.
¿Hicimos mal la tarea o son nuestros políticos quienes la hicieron al revés?
En fin, son cuestiones de bodas, de besos, de abrazos, de bendiciones, de anillos, de brindis, cohetes, fotos, música y baile (el vals de ACDC, elegido por mi hija “agítame toda la noche” descontando la letra, me encantó, sobre todo porque fueron esas canciones con las que las arrullé de niñas).
Ellos empiezan una vida nueva y espero que les sea plena, con un futuro que apenas arranca y con miles de planes con los cuales seguramente lucharan por conseguirlos. Y creo, firmemente, que serán mucho mejor de lo que pudo ser nuestra generación, porque ellos sí que están alertas y atentos al rumbo que toma nuestro país.
En fin, perdonen la digresión de tomar un tema familiar y muy sentido, pero es que pasa que a veces, solo a veces, en estos casos que mueven el sentimiento, me parece que aún nos queda mucho por hacer para nuestros hijos, y más, para nuestros nietos.


Gracias


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martes, 18 de abril de 2017

Quisiera sufrir de Alzheimer

Frente al hospital del Seguro Social de la calle Guerrero, aquí en Obregón, está una tienda Oxxo.
En los pasillos, una señora de aspecto muy humilde duda. Se detiene un momento frente a los Hotdogs, para luego revisar el precio de los tamales.
Su vestimenta está ajada, muy lavada, pantalones de mezclilla que alguna vez fueron azules y ahora casi son blancos, una camiseta en la cual alguna vez debió de haber una figura impresa y que ahora se diluye en el olvido, tenis, y unos lentes que ajusta cada vez que revisa los precios.
Pregunta algo, y de su tono se infiere su procedencia: de alguna parte de la Baja California Sur tal vez, y recuerdo entonces que este hospital del IMSS atiende casos de las dos Bajas, además de Sinaloa y por supuesto Sonora.
Alguna vez me ha tocado viajar en avioncitos desde la Baja Sur a Obregón o viceversa, y estos, vienen atestados de personas que son derivadas a este hospital.
Supongo que el IMSS les paga el traslado al enfermo y a uno de sus familiares. Incido también que les dan una especie de viáticos, algo así como dinero para que puedan hospedarse y alimentarse mientras dura el tratamiento en esta ciudad.
Calculo también, que este dinero no debe de ser mucho, dadas las muchas vueltas que la señora da en torno a esos alimentos, aunque al final se decide por dos hot dogs en oferta, que incluyen un refresco.
Al momento de pagar, una cantidad que termina en "un tanto con 50 centavos", la cajera pregunta que si desea redondear (es decir donar) para la estancia de Alzheimer.
Es cuando ella duda, como si no entendiera la propuesta, voltea al cielo, y luego, apenas mueve la cabeza en señal de aprobación.
La verdad, 50 centavos, de a poco en poco, pueden convertirse en la diferencia entre comer un día y no.
Paga, y sale con su alimento en una mano y en la otra su refresco. Cruza la calle, evade los carros que en mucho por ahí transitan, y, mientras la veo alejarse, quisiera por un momento que el Alzheimer me atacará de un solo trancazo y olvidarme, de una vez y para siempre, del dolor humano.

lunes, 17 de abril de 2017

En política, todo tiene un precio o, la historia de los esposos Duarte




“La adulación, bajeza del que adula; engaño del adulado y aún bajeza de los dos”
Francisco de Quevedo

Es increíble la historia del ahora detenido en Guatemala, Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz. En unos cuantos años, el joven pasó de ser un achichincle de cuarta, a gobernar uno de los estados más poblados de México, y por lo mismo, manejar amplios recursos económicos de los cuales robó muchos millones de pesos.

La triste historia de este huérfano de padre, es aleccionadora. El papá, falleció cuando él era aún muy joven. Entonces su madre y él mismo, hubieron de sacar adelante a la familia y para ello abrieron una panadería.

Los Duarte, para impulsar el negocio, solicitaron y recibieron un préstamo del gobierno federal, y es entonces cuando Javier, se lanza a la ciudad de México a darle las gracias al funcionario que hizo esto posible,  Fidel Herrera, su paisano, y pues ya estando ahí, y luego de entregarle una canasta de pan y una pierna de jamón de borrego, le pidió chamba. Herrera, que entre sus negras intenciones tenía ya puesta entre ceja y ceja ser gobernador de Veracruz, le dio trabajo, monitoreando las notas de su estado. 
Para quien no sepa de que se trata el monitoreo, se lo explico; temprano por la mañana, llegan a tu lugar de trabajo (casa u oficina) varios periódicos y entonces, debes buscar las notas que interesan a tu cliente, las recortas, las pegas en hojas blancas y mandas el resumen a donde se encuentra el “señor”, para que éste no pierda tiempo en leer las notas que no le interesan.
Un grado superior a este, es cuando de cosecha propia, incluyes comentarios sobre las mismas notas, pintando escenarios posibles o incluso sugiriendo respuestas a tal o cual tema.
Así fue como el muchachito pobre, se convirtió en el brazo derecho de Fidel Herrera.

Por su parte, nadie se explica como es que su esposa, Karimé Macías Tobilla, riquilla ella, le hizo caso a un pobretón como Duarte y hasta se casaron. Aunque tenga nombre de bailarina exótica, era fresona y se conocieron estudiante juntos en la Ibero, y dicen que talón mata carita y el gordito de Veracruz era muy bueno con la lengua, le juró amor eterno,  le prometió abundancia (y vaya que la tuvieron, a costa del erario de los jarochos) y lo demás fue historia.
Ya casados, hábilmente Karimé de Duarte se volvió la sombra de la primera dama de Veracruz, la esposa de Fidel Herrera, a la cual le compraba desde las tortillas para la comida, hasta maquillarla para los eventos importantes. Una vez cerrada la macuerna, y con su esposo también como sombra del gobernador, pues la candidatura solamente fue un mero trámite. Es decir, a base de “barbear”, de auto denigrarse y olvidar la dignidad, fueron accediendo a los favores del Gobernador hasta heredarles el poder.

Y créanme, así pasa muchas veces. Durante muchos años, he observado como es que algunos políticos jóvenes, hacen cualquier cosa con tal de quedar bien con sus padrinos. Entienden y creen, que cualquier abyección se justifica con tal de llegar al poder.

Así, he visto jóvenes abstemios que se vuelven compañeros de borracheras de sus jefes, otros que les consiguen cualquier capricho (eso sí con mucha discreción) y algunas vez vi como uno de ellos, se agachó para limpiar los zapatos de polvo de su protector luego de una gira por el campo.
- ¿qué horas traes? Pregunta el jefe y ellos responden; “en mi relojito Rolex traigo las que usted quiera mi jefe, ¿cuál le doy?...

He visto como de inicio, las acciones no le caen bien al aludido, sin embargo, poco a poco van sucumbiendo a este mar de adulaciones, de acciones que los salvan, los protegen, los hacen sentir importantes y entonces, el uno y el otro caen en un juego de sujeción, hasta que cada quien consigue lo buscado.

Conocí a un grupo de jóvenes, que para agradar a su padrino, desconocieron a uno de los líderes más prominentes de su partido, porque estaba pelado con su jefe en turno. Yo les recordaba haberse fotografiado en un evento con quien ahora negaban y ellos, juraban que tal foto no existía. No sé aún como lo hicieron, pero, desaparecieron todos los ejemplares de ese tiempo, para no hacer enojar al virrey en turno.
Cuando las cosas tomaron sus niveles, estos volvieron al grupo del antes negado, con la misma técnica servil y de adulación, tal vez pidieron perdón y ahora, son soldaditos obedientes esperando el momento de dar el zarpazo.
Pero pareciera que todos estos abyectos actos cometidos sobre todo por los jóvenes en nombre del poder y de conquistarlo, van siendo guardados en una cajita como de ahorro, y, cuando conquistan lo deseado, cobran a los otros (y a veces a su mismo protector) todas y cada una de sus arrastradas y, si es en metálico mucho mejor, porque sienten entonces, están seguros, que valió la pena el sacrificio y que todas las oportunidades para hacerse de bienes públicos, bien valen la pena porque ya pagaron el precio.

Ojo; ahorita hay muchos en nuestro entorno, en todititos los partidos y que pronto, sacaran las uñas, harán pactos y al llegar, serán los peores de lo peor. ¿Nombres? Dejen rascarle un poco y luego les cuento.
Ahora que, pensándolo bien, por algo la ciudadanía está harta de los políticos.
  
Gracias


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domingo, 9 de abril de 2017

Calma mis diputados, solamente les pregunto…


 Aplaudo, y con muchas ganas y en total libertad de hacerlo, la aprobación de una Alianza Público-Privada para la construcción de una desaladora, en la playa del Cochórit, para otorgar de 200 litros por segundo tanto a Guaymas como a Empalme en su primera etapa, la cual, en un futuro, se supone, dará agua también a Hermosillo la capital de Sonora.

La Gobernadora Claudia Pavlovich logra con esto, la promesa unificadora de generar más agua, no de repartir la poca o mucha con la que contamos. Las diputad@s de todos los partidos, merecen también que se les cuelgue la medalla por haber aprobado, por unanimidad, dicha alianza. ¿Okeiiii?

Sin embargo (ya empezaste Bécker de mal agüero), en la misma semana y para desgracia de los aplaudidores profesionales y sus amaestradores, se dio la infausta noticia que la presa del Oviáchic cuenta con apenas el 35% de su capacidad y por tanto, no habrá segundos cultivos en el Yaqui y eso, pues pega directamente al piojo, ya de por sí crecido, que ronda a muchos de los negocios de Cajeme y su valle.

Y aplaudo, pero también pregunto: ¿Porqué, de inicio, los habitantes y autoridades de esos dos municipios favorecidos, salvo las gracias de rigor, no se vieron muy proactivos buscando concretar el proyecto, sino que pareciera le dejaron la iniciativa a los cajemenses que una y otra vez iban a la CD de Mx a buscar los recursos?



Y sigo preguntando: Si en la semana que recién concluyó, cuando a Adalberto Rosas le hicieron un homenaje en el Distrito de Riego, y develaron una placa donde y desde ese momento, el edificio principal de esa institución hídrica, lleva su nombre, ¿por qué incluyeron en la misma, la leyenda de “PLHINO y desalación son la solución”, cuando el PLHINO es repartir agua (que repetimos ya no alcanza), no producir más, como sí lo es la desaladora? O sea, ¿les quitaremos a los sinaloenses su agua? Los dejaditos, les dicen.

Pero bueno, el caso es que todos estamos muy contentos porque en Guaymas y en Empalme, se acabará el desabasto… ¿verdad?...

En otro orden de ideas, los precandidatos al Senado sonnnn… a ver, calma… calma… regrésate Bécker… ¿Y a Cajeme en qué lo beneficia la desaladora para Guaymas y Empalme?

Ups… Bueno, en algún portal, dicen que se dio la noticia que algún día se cerraría el Acueducto Independencia, pero no dicen cuando ni como y el portal pues, es el único que lo dice.

Por otra parte, se dijo también sin decirlo, que cuando esté en operaciones la desaladora, se cerrará el acueducto que actualmente lleva agua del Yaqui a Guay-Emp, aunque también, dicen los Yaquis, con media justa razón, que ellos también quieren agua potable. Y digo con media justa razón, porque quieren llevar agua con otro acueducto desde el Chiculi a sus tierras, cuando creo, lo podrían hacer mediante potabilizadoras desde el agua que ahora usan para sembrar. O, ¿qué; no les hemos reclamado durante los últimos 7 años a los de Hermosillo que allá el uso doméstico es la última de las prioridades? Entonces, bien podrían usar un poco de la que usan para sembrar tierras yaquis, para darle a su gente, ¿qué no?

Yo siento que estando así las cosas, con la falta de información desde el Distrito de Riego quien antes encabezaba la lucha y daba la información a la ciudadanía (y ahora con la novedad que las cámaras ya no son convocadas); con la falta de información por parte de CONAGUA y la CEA sobre hasta donde resolverán los problemas de Guaymas y Empalme esos 200 litros por segundo de agua desalada y si entonces se dejará de llevar agua del Yaqui a esas ciudades, y con la “lucha” distorsionada donde se sigue incluyendo el utópico PLHINO pero no se menciona  para nada el Acueducto Independencia (como si hubiese dejado de existir), yo creo que la desinformación provoca más temor que aciertos. Es neta… no es por joder, es porque no están las cosas claras.

Y luego, salen 4 de los 5 diputados de Cajeme, a dar las gracias en videíto de redes sociales: Y yo les pregunto, ¿gracias por…? Pero no responden y de seguro han de estar pensando en un complot y, ya me han de haber acusado con mi amigo Pano Salido, pero les digo; no, nada de eso, hay que clarificar y tienen ahora ellos, los diputados por Cajeme, una excelente oportunidad de lograr que la gente vuelva a creer en que la lucha por el agua, fue justa y necesaria y que vamos avanzando. Es neta, no se sientan atacados, al contrario, agradezcan que tienen un tema mejor que los miles de selfies con los que ahora nos inundan y de los que, sorry, casi nadie les cree.

Digo, si ya estamos entrados en gastos, si ya se dio el primer paso para desalar 6 millones de metros cúbicos al año, desalemos los 75 más que supuestamente necesita Hermosillo y los intercambiamos mandándolos al Río Yaqui que está más cerca por el mismo acueducto (Yaqui-Guaymas)  pero en sentido inverso (además es agua más segura por inagotable); luego desalen los otros 15 que necesitan las comunidades Yaquis y entonces sí, ganamos todos. Al cabos que en el mar, agua hay de sobra…

Aquí, saldrán algunos a decir; es mucho dinero, el Bécker está loco y vendido: Pero piensen sin apasionarse: el agua se agota chaval@s, y pronto, no habrá lana suficiente si no nos sentamos todos, ahorita y abiertamente, a discutir todas las posibilidades y buscar otro tipo de soluciones. Callar y hablar a medias, pareciera más sospechoso que aclarar todas las dudas.
No al Novillo…


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domingo, 2 de abril de 2017

Netflix, Kate del Castillo y las fuerzas armadas



Este fin de semana caí en las garras de Netflix, sin remedio.
Confieso que fue más el morbo que otra cosa, lo que me llevó a chutarme toda la serie mexicana llamada “La Ingobernable”, debido a que su protagonista, Kate del Castillo, creí una especie de morbo colectivo, luego de su encuentro con el Chapo Guzmán, hoy preso en Nueva York y cantando (digo, contando), y de un atrevido intercambio de mensajes expuestos a la luz pública, donde el capo de tutti capo le decía que la cuidaría más que a sus ojos.

Me dije yo, capaz y en dicha serie (la Ingobernable), aparece algo de lo que se dijeron en vivo el Chapo y ella cuando, junto a Sean Penn, lo visitaron en algún remoto lugar de la Sierra Madre Occidental, esquina con Durango, Sinaloa y Chihuahua, ¿qué no?

Pero no, la serie en cuestión no trata del Chapo, sino de una mujer que, casada con el Presidente de México, por tanto es la primera dama (neta, hay epítetos cursis, pero este le gana a todos) y, luego de tener un pleito marital a trancazo limpio, el Presidente cae muerto desde el balcón de un hotel de la Ciudad de México y a ella le echan la culpa.
Desde ahí empiezan las incongruencias en la serie: ¿Qué demonios tiene que hacer la pareja presidencial en un hotel de la Ciudad de México, siendo que viven en la residencia oficial de Los Pinos, en la mencionada Ciudad?

Pero bueno, esto apenas empieza: la señora, asustada, huye de las guardias presidenciales, usando para ello una pistola con la cual hiere a un miembro del Estado Mayor Presidencial, como si los señores estos, fueran simples miembros de seguridad de una compañía de segunda categoría y no contaran con la preparación militar que los caracteriza, donde, una mujer sin entrenamiento, no se les hubiera escapado tan fácilmente.

El caso es que la señora primera dama, luego de huir, se refugia en Tepito, a donde se dice, ni la policía entra, como si fuese ese barrio un inexpugnable búnker sin ley y no lo que es, un barrio bravo, sí, solapado por la policía, sí, pero, no es para tanto como para que estando ahí y buscada por el ejército y el gobierno federal, esas calles la salven y la protejan.  Para el caso, se hubiera ido mejor a la sierra con el Chapo, ¿no? Jejeje…

Y pasa que, la mexican First Lady, se vuelve de pronto una guerrillera en busca de lo que verdaderamente le pasó a su amado esposo (bueno, en realidad, a los días de muerto la guapa Kate inicia un romance con un ex presidiario, entonces no era tanto el amor, ¿verdad?) y busca desenmascarar a las fuerzas del mal que operan desde el ejército mexicano, comandados por un generalote, inclinado al sadomasoquismo (para hacerlo más malo, pues), y ella, ya como una experta en armas, tácticas y estrategias de guerra, los desenmascara, libera a prisioneros de un centro clandestino de detención y así, dispara como Rambo y así, hagan de cuenta que es Wonder Woman en mexican Región 4. O ya de pérdida, una copia del también inverosímil personaje de Pérez Reverte, la famosa Teresa, la Reina del Sur, interpretada también por la misma Kate.

Pero bueno, lo cierto es que, a pesar de las incongruencias del guión, me chuté los 15 capitulos de Netflix y ahora, a toro pasado, me mueve la reflexión.

Y aguas, es aquí donde vendrán los Pejezombies región Cajeme-Sonora, a criticarme.

Andrés Manuel López Obrador, el famoso Peje, en varias ocasiones se ha metido con las fuerzas armadas mexicanas, echándoles en cara cuestiones de las que no tiene pruebas.
En Nueva York, ante un padre de uno de los desaparecidos de Ayotzinapa, que le reclamaba su apoyo al matrimonio Abarca, alcalde (y esposa) de Iguala Guerrero, infiltrados y apoyados por el narco, quienes mucho tuvieron que ver con ese abominable hecho de los estudiantes normalistas desaparecidos, y el señor tabasqueño les dijo: “a mi no me reclame, pregúntele al ejército”…

Por increíble que parezca, cuando el matrimonio, el gobernador de Guerrero y el propio Peje debieron responder a muchas dudas en el caso, el Gobierno Federal los dejó hacer y, una verdad que debieron investigar en todas las corrientes, la dejaron crecer, apechugaron con la culpa mediática mientras amarillos y morenistas salieron airosos de lo que cuando menos, son culpables de encubrimiento.

Semanas antes, el mismo Peje, declaró que en los hechos ocurridos en Nayarit, donde desde un helicóptero la Marina repele disparos de una banda de narcos matando a un buscado capo, declaró que en ese hecho murieron menores de edad, aunque nunca nadie mostró pruebas y lejos de llamarlo a declarar, lo dejaron decir esa barbaridad.

Hago un pequeño paréntesis: Cualquier uniforme que no sea el de las vaqueritas de Dallas, me causa urticaria; tengo una negativa obsesión por el castrismo y la fuerza de autoridad que no razona, sino cumple órdenes superiores, me parece absurda. ¿Okei?
Pero debo reconocer que en este país, mi país, las fuerzas armadas son el último bordo de contención para defendernos de narco intereses de todos tipos, internos y externos, y con todo y errores, se han fajado en una lucha en la cual no pidieron estar.

Sin embargo, desde muchas aristas, los han dejado a su suerte y al escarnio de la sociedad civil y de políticos como el Peje, no otorgándoles la dimensión que se merecen y que hay que clarificar, premiar o castigar. Pero no se puede juzgar su actuación de pura saliva, menos, acusar como lo hizo el tabasqueño.

Fui de los primeros en escribir, hace años, que el ejército no debería de estar luchando contra el narco, pero,  con el tiempo, la realidad me abruma y aplasta, cuando no veo otra autoridad (con todo y sus errores, conste) con la necesaria fuerza para enfrentar tan grave mal. O, ¿qué quiere el Peje? ¿Hacerle caso a Trump y que vengan desde USA a combatir el mal que en ese país nadie combate?
Señor@s, no la jodan, hay lo que hay para contener el mal de las drogas y en nuestro país, cuando menos, a las fuerzas armadas les debemos respeto porque han hecho mucho más de lo que se hace, por ejemplo, en la alberca gringa que cada día pide más y más sofisticadas drogas.
¿Estamos?


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