martes, 18 de julio de 2017

De Santos y políticos…


Seguramente los Santos, esos famosos prohombres a los que se les ruega sobre todo en caso de causas perdidas y extremas, deben de tener, a últimas fechas, mucho, pero mucho trabajo.
Les doy un ejemplo con San Judas Tadeo, a quien veneran los dos bandos en los que normalmente se divide la violencia, policías contra malhechores, aun cuando, hay que recordarlo, a veces la línea se cruza de un lado a otro y entonces sí, pues ni a cuál irle. ¿A quién le hará caso don San Judas?

En Tepito, hay un templo dedicado a la Santa Muerte, donde se venera una figura que muchas iglesias han reprobado su culto, más la católica, pero que tiene miles de seguidores sobre todo entre aquellos, que a diario, por las características de sus actividades, arriesgan la vida día con día. Supongo yo que dicha “santa”, es evolución sincrética desde los tiempos prehispánicos, donde los ritos de la muerte fueron venerados, incluidos los sacrificios humanos. Que le llegue a otro la muerte, para salvarme yo.

Por cierto, viniendo de la Ciudad de Hermosillo, por la carretera, existe un pequeño templo a dicha figura, donde muchos “traileros” aprovechan para comer y darle una visitadita a la santita, por aquello de no te entumas.

Y así podemos mencionar aquí a otros “santos” como Malverde, María Sabina (famosa por los hongos alucinógenos), El niño Fidencio, y nuestra muy particular santa regional, Teresa de Cabora, de ahí cerca del camino que conduce al Quiriego.

En fin, estas figuras, si acaso fueran reales sus poderes (no vaya a ser que mañana amanezca frío por blasfemo), deben de tener mucho trabajo en México, sobre todo por lo que comento líneas arriba. Si a San Judas le piden buenos y malos y, ambos son generosos con sus ofrendas, ¿a quién le tendría que hacer caso San Juditas?


Pero hay de santos a santos. Algunos no hacen milagros, pero como si pareciera, ¿eh?.
Por ejemplo y no quiero dejar de lado el tema, ¿a qué santo se encomendó el Secretario de Telecomunicaciones y Transportes, Ruíz Esparza, para que su jefe Peña Nieto no lo cesara de inmediato luego de la penosa situación del Socavón en Cuernavaca, donde costó la vida de dos personas que ni la debían ni la temían?


Y, ¿a cual santo se encomienda Luis Videgaray, que inició este sexenio con unas altas expectativas sobre el crecimiento económico de nuestro país y la verdad, hasta que lo corrieron y aún después, se quedó en la nada? Y luego, seguramente gastó una fortuna, poniendo veladoras a no se quien en su casa de Malinalco (adquirida de forma rara), hasta que lo regresaron al Gabinete como Canciller, a donde dijo, sin que le temblara la voz, que ahí estaba para aprender. Les digo, debe cobijarse con un Santo muy, pero muy poderoso para haber dicho ese disparate.

Y así, Andrés Manuel López Obrador, seguro debe de practicar a diario la superchería, o quizá él ya haya brincado a ser no adorador, sino adorado como santo, porque ya ven que hasta a Lino Korrodi, al Señor de las Ligas, al yerno de Elba Ester y demás, con su sola bendición los pasa de la mafia del poder directamente al edén de MORENA sin tocar baranda. Digo, como dice la canción del pecador, Dios hazme bueno y los hace.

Ricardo Anaya, el del PAN, a quien le dicen “El Cerillo” y lo acusan de parecer y actuar como seminarista de alguna religión sajona, lo protege el santo protector de los traidores, según leo, porque es un experto en traicionar y romper todos los pactos que lo han hecho llegar hasta donde ha llegado. Y ahí sigue, ¿eh?

A reserva de que no se vayan a enojar mucho, porque luego sus adoradores son muy bravos, pero no diré aquí que don Manlio Fabio Beltrones se cobija en algún santo, porque cuando menos, yo recuerdo de niño, que su religión iniciática no creía en ellos, pero resulta que ahora, sus miles de seguidores lo consideran a él mismo, como un Santo, y algunos hasta le rezan. Calma, es una flor para el señor.

Pero sin duda, sin duda, el Presidente Peña Nieto también debe de tener su santo muy bien puesto, ¿o no? Casas Blancas, Ferias del libro, Ayotzinapa, caída del petróleo, Trump, guerra contra el narco, el 2016 con gubernaturas perdidas y 16 gobernadores (algunos a los que él calificaba como excelentes) en procesos judiciales y demás, lo tienen apenas en un 19% de aceptación de los mexicanos. De que tiene santo el señor, tiene santo, aunque, como decía mi tía Lola, lo tiene más volteado que la jodiacha…

Gracias


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