He seguido atento la discusión que se ha
dado en torno a la construcción de un Hospital de Especialidades por parte de
la Secretaría de Salud, en unos terrenos que, según unas escrituras que anda
rodando en redes sociales, el Gobierno es dueño desde 1964.
Me tocó vivir, hasta mediados del año
2000, en la colonia Capistrano, ahí donde me decían, se acaba Hermosillo y se
regresa el aire.
Mis hijas, acudían a una escuela al final
de Boulevard Colosio, y, más allá de su escuela, solamente el Seminario y
enfrente el Hospital La Cruz del Norte y lo demás, cachoras y cascabeles.
Tres o cuatro años más tarde, un amigo
quería convencerme de comprar una casa por el rumbo. Existía un pequeño
fraccionamiento en medio de la nada y frente a este un colegio, pero nada más.
Habrá mucha plusvalía, me decía mi amigo, pero a mi no me convencía mucho, ni
el precio, ni tampoco la idea de que para entrar a ese fraccionamiento tenías
que cruzar un buen tramo de terracería.
Diez años después, acudí a una boda en un
salón de eventos que se encuentra por ahí y quedé sorprendido. Hoteles,
restaurantes, centros comerciales, súper mercado y fraccionamientos por todos
lados, sobre todo para gente clase mediera, alta.
Sin duda, Hermosillo ha crecido en los
últimos años más que cualquier otra ciudad en el Estado y mucho de ello se
debe, precisamente, a inversiones en infraestructura.
Me dice mi amigo, que su casa de tres
recámaras, que le costó en ese tiempo un millón doscientos mil pesos, ahora se
la quieren comprar en tres y medio. Digo, en 10 años, casi triplica su valor.
Quizá por escribir en medios, me llegó
una carta para que firmara una petición, de parte de los vecinos del Poniente de
Hermosillo, para que no se construya el Hospital ahí. Y me pregunté: ¿y a mí
porqué, si vivo en Cajeme muy agustoooo?
Luego leí que los peros de los vecinos,
es porque un hospital acarrea familiares deambulando, indigentes, puestos de
comida y además, mucho tráfico. Y me pregunto, ¿qué no tienen justo ahí un
manicomio el cual, si acarrea mayores problemas? Y no pasa nada. ¿Qué no está
cerca de ahí el Estadio de los Naranjeros que acarrea tráfico intenso en cada
juego?
Algo existe detrás de estos vecinos que
se niegan al progreso. Porque mira, lector, lectora, mil millones de pesos para
el puro hospital, además de cientos de millones de pesos en infraestructura
colateral, no son para despreciarse. Además, lejos de que se deprecien las
viviendas, aumentaran su valor. Eso es obvio.
La opción de construirlo donde está
el Héctor Espino, es inválida por una
sencilla razón, de los mil millones de pesos, ¿cuántos de estos, se irían en derrumbar el estadio y
remover sus escombros? ¿La mitad, una tercera parte? ¿Y luego?
Hace muchos años, escribí que la escuela
de medicina de la UNISON, tendría que estar en Ciudad Obregón, porque es aquí
donde está el Hospital de Especialidades del IMSS que atiende a pacientes de
tercer nivel de Sonora, Sinaloa y las dos Bajas.
De pronto, varios médicos se pusieron en
contacto conmigo y me argumentaron que no, que una escuela de medicina en
Cajeme, traería nuevos médicos y mayor competencia. Nadie pensó, en la
oportunidad para que varios médicos, pudieran dar clases ahí mismo. Me pareció
retrógrado el argumento, como me parece ahora el de los vecinos “protestantes”.
De inicio yo pensé, es una excelente
oportunidad para que, ese Hospital, si no lo quieren en Hermosillo, se lo
traigan para Cajeme, donde sería un plan B, puesto que el equipo humano, los
doctores especialistas, ya los tenemos, ¿no?
Y digo, cuando construyeron el Estadio
nuevo de los Yaquis, escuché a mucha gente no estar de acuerdo, pero mi postura
siempre fue que, los empleos que generaría su construcción, no eran para
desperdiciarse. Y todos los días me tocaba ver salir de ese rumbo, camiones,
carros, camionetas, bicicletas, motos, con gente que de una forma u otra,
consiguieron trabajo durante los meses que duró su construcción.
Aún cuando me encantaría, la razón me
dice que no pueden mudar ese Hospital a estas tierras, primero que nada, porque
Hermosillo viene a ser la ciudad más equidistante del Estado. Ni modo, eso es
real. Así, desde todos los municipios, los Hospitales locales del Estado
turnarán a ese Hospital, los casos que se ameriten.
Pero volviendo a los vecinos y su derecho
a oponerse a la construcción, creo que este derecho termina cuando una mayoría
que hoy permanece pasiva, exprese que, lejos de hacerle daño a Hermosillo, ese
Hospital le dará un plus a la capital y oh Dios, a los Hermosillenses.
Pero bueno, si le buscamos, le
encontramos, y les aseguro que si hay chanza, acá los recibimos con los brazos
abiertos y, hasta encontramos un lugarcito ahí por la Nainari, donde puedan y
quieran construirlo y gastarse esos mil milloncitos de pesos que la neta, nos
urgen… jejejeje…
Gracias
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