domingo, 8 de mayo de 2016

El miedo viaja en Suburban



Casi siempre me pasa igual con mi mujer, Alma Angélica López. Iniciamos una película y a la mitad, ella está profundamente dormida. Nada se lo impide; ni la luz, ni el volumen, ni tampoco que esté interesante o no el tema.
El jueves pasado me tocó a mi quedarme dormido, mientras que ella miraba con atención una película difícil por su contexto histórico, me refiero a Lincoln, con Daniel Day Lewis.
El caso es que, quedarme dormido en medio del ruido y la luz, me es difícil, pero quizá por haber tenido un día pesado, caí en la inconsciencia. Pero pronto, escuché disparos, casi tan cerca, que pensé podrían haber sido afuera de mi casa. Luego, el ulular de las patrullas (nunca he entendido para que acuden en manada cuando es un hecho consumado) ahí muy cerca. Ya no pude dormir.
Al día siguiente supe que sí, que los disparos habían sido a menos de 500 metros de mi casa y que habían ejecutado a dos personas. Un día antes, habían asesinado a una señora a menos de un kilometro de mi casa y, el viernes, hubo también una balacera por fuera de la plaza Tutuli.
Luego de leer las notas policiacas del caso, llegué a la conclusión que los hechos delictivos de alto impacto (balaceras, pues), ya están por todas partes del municipio y, cualquier día, una error, una confusión o estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, nos puede costar caro.
A querer y no, este tipo de acciones provocan psicosis en la ciudad y yo, tan psicótico, pues soy de los primeros apuntados en la lista y por lo mismo, todo el viernes anduve con el Jesús en la boca.
Salí de la oficina a las 13:30 horas y enfilé por la calle Tetabiate. Había pedido de comer, tacos de hígado y me dije: seguro Almita Mijita va a llegar con tortillas del Oxxo o dirá, si aquí tenemos de las de antier. Los tacos de hígado se acompañan con tortillas nuevecitas. Entonces y como ya iba en camino, pensé en llegar a la tortillería donde hace esquina Tetabiate con Tabasco.
Justo al pasar por la iglesia de Fátima, vi que detrás de mí una Suburban traía las luces encendidas, vidrios polarizados y, aunque no se veía bien, dos cabezas se silueteaban dentro. Foco rojo.
Giré hacía la izquierda por la calle Tabasco y me di cuenta de que, la tortillería estaba cerrada. Opción B. Durango e Hidalgo. La Suburban, seguía detrás de mí.
Aceleré y para mi mala suerte, en el semáforo de la calle Yaqui, me tocó en rojo. Dos carros más atrás, la suburban y sus faros encendidos.
En la calle Nainari giré hacía la izquierda e igual lo hizo la Suburban sospechosa. Calma Bécker Alberto (así me digo a mi mismo cuando tengo miedo), solamente es coincidencia, verás que al dar vuelta por la Durango, la Suburban sigue de largo. Pues no. También dio vuelta en la Durango y las manos ahora sí me empezaron a sudar.
Crucé la calle Allende, giré a la derecha en la calle Hidalgo y me estacioné, en el único espacio posible. No me lo van a creer, pero la Suburban se estacionó sesgada, en el semicírculo que hace la banqueta en la confluencia de las dos calles.
Madres, ¿Y ahora?
Pistola no uso como para defenderme. Entonces se me ocurrió una tontería. Puse mi teléfono en modo de video, y me bajé a afrontar las consecuencias; si me hacen algo, cuando menos que en la posteridad vean a mis agresores y los suban a youtube.
De la Suburban en cuestión, desciende una señora joven y al fin pude ver que la segunda cabeza era la de un adolescente.
Rápido hice flashback del recorrido y llegué a la brillante conclusión de que, la señora también pensó en esa tortillería como su segunda opción.
Pedí un kilo de tortillas y ella también. Ya estando ahí, requesón y ella también pidió.
Me está copiando todo, me dije. Pero no, yo pedí un litro de refresco Light, ella, de regurlar.
Uf, menos mal me dije.
Subí a mi carro y me reí como loco por mi psicosis. Aunque, viéndolo bien, los cajemenses no nos merecemos esto, ¿verdad?



Como si fuera tweet
Quienes conocemos a Ricardo Bours, sabemos de sus intenciones y sus alcances. ¿La Gubernatura en el 2021? Por supuesto que puede, si quiere.

Gracias



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