Las votaciones
municipales del 2012, en Cajeme, nos dejaron una clara lección: Luego de
alcanzar más de 100 mil votos, los votantes eligieron al contrincante del PAN,
es decir, al PRI, por el hartazgo y las trapacerías de Guillermo Padrés y sus
amigos. Aparte, hay que recordarlo, Rogelio Díaz Brown era uno de los líderes
del No al Novillo.
El PAN eligió por
capricho, a una candidata poco competitiva, como lo fue Eloísa Flores, quien
cometió pifia tras pifia al defender lo indefendible: el Acueducto
Independencia.
Además, el carisma
de Rogelio Díaz Brown, el hecho de haber ganado la elección de diputado estatal
y luego federal, lo convirtieron en un candidato muy superior.
Eso fue en el 2012,
y, ¿Qué pasó en el 2015?
En las elecciones
de Junio pasado, a la alcaldía, el proceso tiene varias lecturas.
Una; que el PRI no
tuvo el aval completo, otorgado tres años antes a su candidato municipal, pues,
junto con sus partidos aliados, obtuvo 58 mil votos, es decir, casi 44 mil
menos que la elección anterior.
Dos; el PAN impuso
a un candidato con mucha trayectoria (Chuy Félix), pero ya desgastado en el
transcurso de los años, y que venía de perder una elección (2012) para diputado
local por el Distrito XVII, frente a Eduardo Castro Luque. Al final de la
campaña, o se cansó o supo que ya no podría alcanzar a Faustino Félix.
Tres; Movimiento
Ciudadano le abrió la puerta a un panista (Gustavo Almada) mal querido por el
grupo de Guillermo Padrés, y con ello, jaló muchos votos (28,000) de quienes ya
no querían a ninguno de los dos partidos “grandes”.
Cuatro; En la elección
interna del PRI, entre Faustino Félix (candidato triunfador) y Rodrigo Bours,
el PRI salió dividido.
Con estos datos,
¿podemos visualizar el 2018?
Falta mucho tiempo
aún y depende mucho de la respuesta que a los ciudadanos les otorgue el alcalde
actual, en dupla con la Gobernadora Claudia Pavlovich. Iniciaron ambos muy
bien, pero falta mucha agua por correr debajo de los puentes.
Sin embargo hay
circunstancias que pueden inferir en el siguiente proceso electoral.
Sin duda ya hay
algunas personas que se habrán de tomar en cuenta.
Gustavo Almada, en
su primera incursión obtuvo un 19% de la votación total, en una campaña fresca
y ciudadana realizada principalmente en redes sociales. Casi nadie lo veía
venir, y hubo algunos que se molestaban cuando las encuestas de campaña le
otorgaban el 12% de las preferencias. Si no lo ven venir para el 2018, pueden
correr la misma suerte.
Rodrigo Bours, sin
duda con más experiencia, también podría buscar estar en las boletas dentro de
3 años. Tiene tiempo de pensarlo, y, tiempo para actuar.
Abel Murrieta puede
ser otro de los candidatos apuntados en las pretensiones. Ha ganado dos
elecciones, diputado local y federal, y sigue el camino lógico a la alcaldía.
Sin embargo hay un
punto relevante en el cual pocos están pensando para el 2018. Las candidaturas
independientes han llegado para quedarse y de entre la sociedad civil, tan
cansada de los partidos, puede que surja una figura pública y fresca.
Esperemos, los
tiempos. Al fin y al cabos estas son solo conjeturas. Ya veremos como se mueven
los personajes.
Gracias
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