Sergio Pablo Mariscal, el alcalde de Cajeme, se precipitó al
hablar. Dijo: para finales de octubre, bajará la incidencia criminal en el
municipio. La realidad, fue al contrario; por mucho, este será el mes con más
asesinatos en el año.
Y es que el alcalde, quizá pensó, como lo confieso lo creí
yo, que como suele suceder, al cambio de administración municipal, los grupos
que se disputan la plaza harían, como suele suceder, como un breve paréntesis
para, supongo sin saberlo, ver como vienen las cosas con los nuevos mandos
gubernamentales y policíacos. Esta vez, no hubo tregua.
Pero pasa también que, tal como lo comentamos, no puede
haber cambios en la situación de violencia, si no existen hechos reales para
prevenir la delincuencia, sino que se deben implementar acciones distintas.
Y me explico: Los asesinatos no los cometen, que yo sepa,
movilizándose a píe o en bicicleta, sino en carro. Y pasa que, en Cajeme, miles
de carros circulan sin placas y nadie los verifica. Los policías, desde hace
años, prefieren “atorar” a motociclistas y ciclistas para bajarles los 100 o
200 pesos, que revisar a aquellos autos, sobre todo los muy lujosos, que no
portan placas. O, si portan, algunos son sobrepuestas. ¿Por qué no implementar
retenes de verificación?
Y otra: Veía, en Medios Obson, la narrativa del trágico
viernes pasado, donde recién habían agredido a 4 personas, cuando el relator,
“El Samy”, dice que en la frecuencia de la policía se escuchó que había otra
agresión por al Tabasco al Sur. Y yo me pregunto: ¿Cómo? ¿Y aquellos radios
Matra donde solamente podían escuchar la frecuencia de Seguridad los policías y
autoridades de todos los niveles? Y si algún delincuente se robaba uno,
inmediatamente se podía inutilizar para que no fuese usado para escuchar
estrategias y movilizaciones de los cuerpos de Seguridad. Averigüe y me dicen
que esos radios existen, pero “alguien”, sugirió regresar a radiofrecuencias
normales, esas en las que cualquiera, puede escuchar; incluidos los malos, ¿eh?
¿Negocito?
Eso también debería de quitarse, que no exista otra
radiofrecuencia abierta, sino solamente la Matra. Ah, es muy cara, me dirán,
pero, respondo, ¿qué es más caro que muertes y miedos de la ciudadanía?
Pero, si el Ayuntamiento tiene muchas oportunidades de hacer
su parte, también el Estado y la Federación deben hacer lo suyo. Esto no es una
lucha de pocos, sino de todos.
Pero pasa que en lo Federal hay un impasse, entre los que se
van, los de Peña, y los que llegan, de AMLO. Y eso está siendo aprovechado por
los malos sin recato alguno.
Y en Sonora, bueno, pues los resultados que dieron las dos
corporaciones involucradas en la Seguridad, no fueron halagüeños. Lo dije en mi
twitter (@beckerg123) y se me echaron encima los seguidores de Adolfo García
Morales, como si le hubiesen pedido la bola, por su buen trabajo y no por los
pobres resultados de prevención. En fin.
Y resulta que, apenas el sábado se inscribieron 40
candidat@s a convertirse en fiscal de Sonora. Algunos, son de pura vacilada (no
daré nombres porque capaz y les cae la Yuca y “andavete” el Bécker), pero hay
otros con serias posibilidades.
Uno de ellos, sin duda, es Abel Murrieta, quien fue 5 años
Procurador con el PRI de Bours y dos con el PAN de Padrés. Pero además, en
1997, estuvo algunos meses como Director de Seguridad Pública en Cajeme, con el
PRD, mientras encontraban a alguien para sustituirlo.
Abel, puede ser, y no, un buen fiscal.
Y no es que no tenga capacidad, porque ha demostrado que la
tiene, pero, en estos momentos no tiene la aceptación del grupo que gobierna
Sonora. Y para hacer un buen trabajo, necesitaría el apoyo de todas las partes.
No es pues, el trabajo de un solo hombre o mujer.
Ahora bien, divididos como están los poderes en el Estado,
tampoco todos los diputados de las distintas corrientes le darían el visto
bueno, porque, algunos ya tienen a sus candidatos y ya lo vimos en el Congreso,
no importa como sea, sino, lo que toque en la rebatinga.
Calma, no alerten sus fusiles, como decía Benedetti. Creo, honestamente,
que lejos de simpatías y enojos, deberían de sentarse todos y todas en la mesa
de las decisiones, y ver lo que más le conviene a Sonora. ¿Porqué? Pues si
seguimos así, nadie sabe lo que pasará en el 2019 o, hasta el 2021.
Serenidad y paciencia, mis queridos Solines, y, ustedes que
pueden, elijan lo mejor para Sonora.
Gracias
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