Guillermo Padrés se encontraba en su
departamento de Polanco, muy tranquilo, alejado del mundo ese donde no le
habían puesto una etiqueta roja del Interpol. ¿Etiqueta roja? Sonrió para sus
adentros mientras daba un largo sorbo a su wiskey en las rocas, Etiqueta Azul…
Esta es la verdadera etiqueta que me queda, se dijo para sus adentros.
Uno de sus guardias interrumpió sus
pensamientos.
Señor, le busca el Licenciado Lozano
Gracia. Padrés dejó por un lado el American Fine Horse Review y ordenó que lo
pasaran de inmediato.
Lozano Gracia, demacrado y flaco, entró
como un torbellino.
-
Guillermo, se nos
acaba de ocurrir una idea genial… tienes que entregarte a la PGR para lograr
que te vean como una víctima del sistema
-
¿Cómo? – Preguntó
Padrés con el ceño contrariado – Si me entrego me van a crucificar.
Entonces el abogado y ex subprocurador
federal, le expuso su idea.
Le explicó que le habían dado un pitazo
desde dentro de la PGR, que para obligarlo a entregarse estaban buscando fincar
responsabilidades tanto a su hija como a su esposa, y lograr con ello el
“cambalache” famoso. “Ellos vienen con todo”, le dijo, “y solo es cuestión de
días para que alguien les diga donde te escondes y entonces sí nos va a llevar
pifas. Entrégate, es mejor y salvamos a tu esposa y a tu hija”
-
Si, pero si me
entrego, me van a refundir en la cárcel… y son tan malditos que hasta me van a
enjaular junto con el negro del Whatsapp….
-
No, cómo crees Guillermo,
el Jefe Diego y yo tenemos aún muchas influencias dentro de los del gobierno,
pediremos un trato especial para ti… estarás mejor que en una suite del Hotel
Nikko… Hasta con etiqueta azul te tendremos.
Y explicó su plan. Iremos con un
comentarista de televisión de moda, y ahí mismo anunciaras que te vas a
entregar porque eres inocente. Dirás que los 8.8 millones de dólares los usaste
para pagar una parte de mis honorarios (tose) y que la otra la usarás para
explotar una mina de cobre que está en tu rancho…. Ese es el verdadero origen
del dinero… en tu rancho no nada más hay presa, también tienes cobre y pronto
serás tan rico como el de la mina de Cananea.
-
¿Una mina?, preguntó
Padrés… ¿diremos que tengo una mina?
-
Y que para mi
despacho eres una mina también… ejem… cof cof… perdón… sí, dirás que vas a
explotar una mina y por eso tenías ese dinero guardado.
Luego trazó el plan. Irían con Ciro
Gómez Leyva y acusarían de ser un perseguido político y además que lo están
buscando porque es una buena persona. Con esto van a pensar que en verdad eres
inocente y te van a dejar salir en máximo 6 días…
-
Pero, pregunta
Padrés, 6 días en la cárcel pueden ser muchos… y luego ya ves que ahí anda el
del Whatsapp… ¿qué tal y me toca de compañero de celda?
-
Nada de eso Guillermooooo…
tu hazme caso, todo va a salir bien.
….
Al principio los hechos ocurren como lo
habían planeado. Ciro Gómez Leyva no creía en tanta suerte, y por el chícharo
le decían que su raiting se había triplicado. Tan es así, que no encontraba qué
preguntar y varias veces Padrés y Lozano Gracia repitieron lo mismo. Es
inocente, es un perseguido político para compensar el relajo de Duarte en
Veracruz, el dinero era para explotar una mina de cobre en el rancho de su apá
(donde no había presa, sino un charquito) y al entregarse comprobará su buen fe
y que el que nada debe nada teme.
Salen del estudio de radio y una
multitud de reporteros quieren entrevistarlo. Cuando sube a la Cayene blanca
(también sería producto de la mina?), miembros de la marina quieren esposarlo.
Lozano Gracia los rechaza, con el argumento de que a ellos no les compete el fuero
común… y tiene razón…
Cuando llegan al juzgado del reclusorio
Sur, la historia cambia. Padrés quiere bromear diciendo que mejor se presenta
otro día, y es entonces que policías vestidos de civil lo toman de la presilla
del pantalón y lo levantan en vilo… Padrés no cree lo que está pasando, porque
lo empujan y le estrujan el brazo.. No era eso lo que esperaba, sino una
alfombra roja como se lo había prometido su amigo, Lozano Gracia.
-
¿Qué pasó mi Toño? En
esto no quedamos, pregunta Padrés fumando nervioso y sin color en la piel y
agrega…. “Nada más falta que me vayan a poner de compañero al del Whatsapp” y
de pronto, una lagrimita asoma a sus inocentes ojitos de engañado.
Mañana le seguimos…
Saludos
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