Adolfo García Morales,
experto en temas electorales, buen funcionario y mejor abogado, luego de confirmar que la
dependencia que le toca ahora en suerte administrar es un desastre, comenta que
desde la Secretaría de Seguridad Pública estatal tratarán de blindar a Sonora,
para evitar una probable llegada a nuestras tierras del prófugo máximo de
México, Joaquín el Chapo Guzmán.
La noche del 29 de enero del
2005, una patrulla municipal de Cajeme, detuvo a una camioneta por el hecho de
parecerles sospechosa.
De dicho vehículo bajaron
dos individuos, armados con cuernos de Chivo (AK47), y con palabras
altisonantes exigieron dejarlos continuar “y no hacerla de pedo, porque se
pondrán a peso los trancazos”
Unos momentos después,
llegaron otros dos vehículos municipales e inmediatamente, también llegaron al
lugar, en Villa ITSON, otra camioneta, cuatro puertas, de donde bajaron otros
cuatro individuos, mucho mejor armados que los anteriores y por supuesto, mucho
más armados que la policía municipal.
Los seis maleantes, hicieron
disparos contra las patrullas y al aire, desarmaron a los policías municipales,
los golpearon con píes y manos, y les exigieron paso libre.
Uno de los policías que
participó en dicho evento, me comentó después de que aún antes de que llegaran
los federales y el ejército, ya se habían disparado cientos de balazos, todos,
por parte de los malhechores. La Policía Municipal ni siquiera opuso
resistencia verbal.
Luego de esto, a los dos
vehículos en fuga se le unieron otros dos, evidentemente blindados, y huyeron
por el Valle del Yaqui. Los miembros de las policías y aún los del ejército,
los siguieron a prudente distancia “para no provocar un enfrentamiento de
mayores proporciones porque ellos, tenían mejores armas”.
Al llegar a Navojoa, les
habían puesto un retén con patrullas atravesadas para supuestamente impedirles
el paso. Ellos, los maleantes, se abrieron paso por medio de una bazooka que
hizo volar por los aires a dos patrullas.
La última vez que los
vieron, iban rumbo a Sinaloa. Nadie los puro parar.
Mucho se ha especulado desde
entonces, que si, luego de ser detenidos y provocar la inicial balacera, el
jefe de ellos abandonó la ciudad para evitar posibles cateos, y por lo tanto y
dada la ferocidad de los guaruras, sus armas y la logística, bien podría haber
sido un jefe “pesado”. Algunos hablan de que fue el Chapo Guzmán, otros que fue
su famoso compadre el Mayo Zambada.
Y entonces, y dada el
deplorable estado que nos comenta el buen abogado Adolfo García Morales fue
dejada su secretaría por los “idos”, ¿Podríamos blindar nuestra frontera
estatal, con armas mejores que las de ellos? O, de plano, ¿nos vamos a confesar
todos y encomendarnos al cielo para que a Guzmán Loera, no s le vaya ocurrir
venirse para Sonora?
Gracias