Palabras Mayores
Bécker García
Manolo Barro, el Presidente Municipal de Cajeme, se ha quedado solo y, lo peor es que el pobre, no se ha dado cuenta. Vive sin saberlo, en el laberinto de su soledad.
Hombre de lucha, forjado en el esfuerzo familiar junto a sus otros dos hermanos, Andrés y Guillermo, lograron que el sueño de hace 25 años esté dando los frutos y las satisfacciones de una familia muy bien estructurada.
Mientras Andrés, Ingeniero Industrial de profesión, se dedicaba a acrecentar el negocio de la venta de equipos de Pesca, Manuel, Ingeniero Bioquímico Marino, estaba al frente de una pequeña industria que fabricaba artículos de plomo, sobre todo para llantas. Contrasentidos poco entendibles pero ciertos, el marino en la industria y el industrial en la pesca, con resultados asombrosos, lograron un brinco sustantivo en la escala social.
Cuando los negocios fueron lo suficientemente grandes para cuidar los debes y los haberes, integraron al tercer hermano en el grupo, Guillermo, el cual era entonces un reputado empleado de un grupo financiero.
Una vez con los negocios empujando hacía arriba, Manolo, el inquieto de la familia, buscó la manera de regresarle “a la sociedad lo mucho que nos ha dado” y fue entonces presidente de la CANACO cajemense.
Por su misma inquietud, buscó entonces sin conseguirlo y desde su puesto de dirigente del comercio organizado, participar como regidor príista en la planilla que en el año 2000 ganó las elecciones en Cajeme.
Sin embargo la semillita de las pretensiones políticas ya estaban sembradas en sus intenciones.
Amigo y depositario de las confianzas de Ramón Corral Ávila, Comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca, además de ex candidato en el 2003 al Gobierno de Sonora por el PAN, su relación, primero de negocios (imagino completamente lícitos), fue estrechándose en la amistad hasta convencer éste a aquél, que su participación por el lado azul sería afortunada y bien vista por el grupo político de los corralistas, de los cuales por cierto, el Gobernador actual, Guillermo Padrés es miembro prominente.
Contra todos los pronósticos, primero venció al grupo de tricolores pintados de azul encabezado por Jesús Félix Holguín y por su compadre Sóstenes Valenzuela, para luego, remontar 35 puntos de diferencia y ganar las elecciones municipales, con un slogan que le gustó a la gente; “alguien como tú”, y la repetición de “voy a ser el mejor presidente municipal que ha tenido Cajeme”.
Nadando de lleno en la satisfacción de lograr el cometido, Manolo Barro, entonces, azuzado por el canto de las sirenas de sus soberbios colaboradores, se olvidó del cometido de ser “alguien como tú”, para cambiarlo por el “nadie como tú” y se encerró en la bola del cristal soberbio y, se mareó.
Mientras, su candidez política fue aprovechada por quienes, desde su alrededor y también desde Hermosillo, le hicieron creer que un Presidente Municipal le debe el ciento por ciento de lealtad al Gobernador Estatal, y, golpeado y apabullado desde el inicio, cuando intentó hacer las cosas a su estilo, pronto dobló las manos y se dejó llevar en la ignominia servil de la inconsciencia.
Pero también tiene sus agravantes: La conducción política del municipio está en las pésimas manos de un “dandy” de pacotilla, cuyos intereses parecieran puestos mas en resolver su futuro (entendido en la totalidad política, económica y social) que en ayudarle a su jefe a destacar.
Por su parte, la comunicación social no puede estar en peores manos que las de un atorrante, prepotente y soberbio director, quien a diestra y siniestra pide prebendas propias, lame zapatos hasta la suela y golpea a gritos de verdulera, a quienes no son de su “brillantina”. Preocupado y ocupado mas en el 2012 para su amigo Hermilo, le interesa poco lo que pase en el municipio y todo quiere arreglar con el hueco slogan de un gobierno honesto y humano, mismo que en la práctica se encierra a piedra y lodo detrás de las falsas premisas de lo “correcto”.
Y no hemos hablado del peor de todos, porque para él dedicaremos una entrega completa (si no es que acaso me manda detener antes por quítame estás pajas, como lo hizo con otro comunicador, por lo mismo, hace algún tiempo), es decir, de su Secretario de Seguridad Pública
Así, el pobre Manolo llega a lo que será, sin duda, su tumba política. Su apoyo a llevarse el agua de la presa del Novillo a Hermosillo, a la cual defendió a capa y espada (hay recortes periodísticos en su página de facebook) en una de los ya cíclicos intentos por lograrlo, hace 12 años, es ahora causa de epítotes que van de traidor a vendido.
No cuentan, las cuentas de intercambio de 544 más por 75 millones de metros cúbicos menos, porque el Alcalde de Cajeme, si de verdad fuera responsable, tendría que haberle dicho a quienes pretenden hacer eso, que para los cajemenses el agua es el líquido que mamamos desde niños, no únicamente para aplacar la sed, sino también como gloria y esperanza de crecimiento y desarrollo, para que nuestros hijos den el salto definitivo de vivir en un hermoso pueblote agrícola, a la ciudad de las oportunidades que nos ofrece el tener agua.
Si Manolo no estuviera solo, si escuchara a quienes se preocupan por él y su futuro, entonces actuaría en consecuencia y, previsor, responsablemente les habría dicho la verdad a los del Sonora Sí: “Aquí en Cajeme el agua no corre por los ríos y canales, sino por la venas de sus habitantes, así que aguas, porque el horno no está para bollos.”
Gracias…