lunes, 22 de febrero de 2010

Manolo en su laberinto

Palabras Mayores

Bécker García


Manolo Barro, el Presidente Municipal de Cajeme, se ha quedado solo y, lo peor es que el pobre, no se ha dado cuenta. Vive sin saberlo, en el laberinto de su soledad.

Hombre de lucha, forjado en el esfuerzo familiar junto a sus otros dos hermanos, Andrés y Guillermo, lograron que el sueño de hace 25 años esté dando los frutos y las satisfacciones de una familia muy bien estructurada.

Mientras Andrés, Ingeniero Industrial de profesión, se dedicaba a acrecentar el negocio de la venta de equipos de Pesca, Manuel, Ingeniero Bioquímico Marino, estaba al frente de una pequeña industria que fabricaba artículos de plomo, sobre todo para llantas. Contrasentidos poco entendibles pero ciertos, el marino en la industria y el industrial en la pesca, con resultados asombrosos, lograron un brinco sustantivo en la escala social.

Cuando los negocios fueron lo suficientemente grandes para cuidar los debes y los haberes, integraron al tercer hermano en el grupo, Guillermo, el cual era entonces un reputado empleado de un grupo financiero.

Una vez con los negocios empujando hacía arriba, Manolo, el inquieto de la familia, buscó la manera de regresarle “a la sociedad lo mucho que nos ha dado” y fue entonces presidente de la CANACO cajemense.

Por su misma inquietud, buscó entonces sin conseguirlo y desde su puesto de dirigente del comercio organizado, participar como regidor príista en la planilla que en el año 2000 ganó las elecciones en Cajeme.

Sin embargo la semillita de las pretensiones políticas ya estaban sembradas en sus intenciones.

Amigo y depositario de las confianzas de Ramón Corral Ávila, Comisionado Nacional de Acuacultura y Pesca, además de ex candidato en el 2003 al Gobierno de Sonora por el PAN, su relación, primero de negocios (imagino completamente lícitos), fue estrechándose en la amistad hasta convencer éste a aquél, que su participación por el lado azul sería afortunada y bien vista por el grupo político de los corralistas, de los cuales por cierto, el Gobernador actual, Guillermo Padrés es miembro prominente.

Contra todos los pronósticos, primero venció al grupo de tricolores pintados de azul encabezado por Jesús Félix Holguín y por su compadre Sóstenes Valenzuela, para luego, remontar 35 puntos de diferencia y ganar las elecciones municipales, con un slogan que le gustó a la gente; “alguien como tú”, y la repetición de “voy a ser el mejor presidente municipal que ha tenido Cajeme”.

Nadando de lleno en la satisfacción de lograr el cometido, Manolo Barro, entonces, azuzado por el canto de las sirenas de sus soberbios colaboradores, se olvidó del cometido de ser “alguien como tú”, para cambiarlo por el “nadie como tú” y se encerró en la bola del cristal soberbio y, se mareó.

Mientras, su candidez política fue aprovechada por quienes, desde su alrededor y también desde Hermosillo, le hicieron creer que un Presidente Municipal le debe el ciento por ciento de lealtad al Gobernador Estatal, y, golpeado y apabullado desde el inicio, cuando intentó hacer las cosas a su estilo, pronto dobló las manos y se dejó llevar en la ignominia servil de la inconsciencia.

Pero también tiene sus agravantes: La conducción política del municipio está en las pésimas manos de un “dandy” de pacotilla, cuyos intereses parecieran puestos mas en resolver su futuro (entendido en la totalidad política, económica y social) que en ayudarle a su jefe a destacar.

Por su parte, la comunicación social no puede estar en peores manos que las de un atorrante, prepotente y soberbio director, quien a diestra y siniestra pide prebendas propias, lame zapatos hasta la suela y golpea a gritos de verdulera, a quienes no son de su “brillantina”. Preocupado y ocupado mas en el 2012 para su amigo Hermilo, le interesa poco lo que pase en el municipio y todo quiere arreglar con el hueco slogan de un gobierno honesto y humano, mismo que en la práctica se encierra a piedra y lodo detrás de las falsas premisas de lo “correcto”.

Y no hemos hablado del peor de todos, porque para él dedicaremos una entrega completa (si no es que acaso me manda detener antes por quítame estás pajas, como lo hizo con otro comunicador, por lo mismo, hace algún tiempo), es decir, de su Secretario de Seguridad Pública

Así, el pobre Manolo llega a lo que será, sin duda, su tumba política. Su apoyo a llevarse el agua de la presa del Novillo a Hermosillo, a la cual defendió a capa y espada (hay recortes periodísticos en su página de facebook) en una de los ya cíclicos intentos por lograrlo, hace 12 años, es ahora causa de epítotes que van de traidor a vendido.

No cuentan, las cuentas de intercambio de 544 más por 75 millones de metros cúbicos menos, porque el Alcalde de Cajeme, si de verdad fuera responsable, tendría que haberle dicho a quienes pretenden hacer eso, que para los cajemenses el agua es el líquido que mamamos desde niños, no únicamente para aplacar la sed, sino también como gloria y esperanza de crecimiento y desarrollo, para que nuestros hijos den el salto definitivo de vivir en un hermoso pueblote agrícola, a la ciudad de las oportunidades que nos ofrece el tener agua.

Si Manolo no estuviera solo, si escuchara a quienes se preocupan por él y su futuro, entonces actuaría en consecuencia y, previsor, responsablemente les habría dicho la verdad a los del Sonora Sí: “Aquí en Cajeme el agua no corre por los ríos y canales, sino por la venas de sus habitantes, así que aguas, porque el horno no está para bollos.”

Gracias…

miércoles, 10 de febrero de 2010

Una ciudad sin recuerdos…



Palabras mayores

Bécker García

“Mi ciudad es una isla sin recuerdos”

Mario Bennedeti

Dicen que uno llega a viejo al momento de recordar vívidamente lo que ocurrió hace años y dejar pasar, sin registrarlo puntualmente en la memoria, lo que apenas sucedió hace unos momentos.

Y eso me pasa a mí, ahora que puedo hacer un recuento de quienes habitaban casi cada casa de entonces, de todos los estratos sociales.

El otro día me encontraba bebiendo un café en una moderna terraza ubicada por ahí por la calle Nainari. Es verdad que ese lugar quedo bonito y confortable, la verdad es que fue construido sobre los escombros de una casa insigne.

Si mal no recuerdo, ahí existía una bella construcción de los años cincuentas, de la familia Luders. Una casa de dos aguas, cuyo techo parecía hecho de una laja especial, distinta a la teja tan de moda entonces y ahora.

Por un costado tenía una barda de piedra, medio alta, y de la misma colgaban hacía la banqueta las ramas de un árbol que tenía unos frutos pequeñitos con forma de manzanas y que eran, para nosotros los chamacos vagos de entonces e hiperactivos de ahora, un trofeo para quien alcanzara sus ramas a fuerza de trepadas gatunas.

Frente a la misma y por la calle Sinaloa, existía otra casa, quizá unos años más antigua, y donde ahora se encuentra un lote de carros usados y, que no sé porque razones, aunque me las imagino, fue curiosamente partida por la mitad antes de venderla a sus actuales dueños.

Caminando unos pasos más y por la misma calle, casi llegando a la Miguel Alemán, la casa tipo castillo de los Serrano García alberga ahora un local trasnacional de desabrida comida rápida.

Y digo castillo, porque ahí existía una escalera que conectaba al segundo piso, y el cubo, si se puede llamar así, era un cilindro que nos hacía recordar las torres de esas construcciones medievales propias de Europa. Recuerdo que ahí mismo, jugando a los policías y ladrones, “El Cachito” Valdez Castro, cayó de cabeza y perdió para siempre uno de sus oídos.

Recuerdo también que, el patriarca de los Serrano García, hacía sus fiestas con banda y a la cual, por medio o en contra de Octavio su hijo, nos colamos algunas veces y, con la bonhomía de la gente sencilla, una vez adentro, nos trataban como si fuéramos los invitados especiales.

Era Ciudad Obregón entonces un pueblito donde cada quien gastaba su tostón, y a veces hasta su peso y unos centavos más.

Y platicó de esas casas porque son las que se me vinieron a la memoria al encontrarme en sus alrededores.

Pero también recuerdo casas emblemáticas como la de la familia Ramos, la cual alguna vez también visité con la anuencia del Payo, mi compañero escolar. Antes, no sé ahora, a la llegada de parientes foráneos, era obligado referente para presumir que en nuestra ciudad, existía una casa que ocupaba una manzana entera.

Y si bien es cierto la casa por fuera era impresionante, cuando me tocó conocerla lo que más recuerdo es una motocicleta enorme, como de Policía de Tránsito que guardaban en uno de los cuartos contiguos a la cochera. Junto, en otro de los cuartos, había un radio donde me decían – por supuesto sin que yo lo creyera entonces – , se podían comunicar a cualquier parte del mundo.

Mi cara tiene algunas cicatrices de aquellos tiempos. La más dolorosa de todas, estoy seguro, fue la que me hice jugando en donde era antes la famosa “Concha acústica”, la misma que ya no existe desde que, a mediados de los años setentas, derrumbaron de la noche a la mañana.

En derredor de la misma, había un verde jardín donde jugaba al fútbol con mis primos y al tropezar, mi frente se estrelló contra un espreador de agua que me abrió de tajo un tercer ojo que a veces, en los tiempos de frío, aún me duele.

Cuando la catedral vieja, la construida con un techo de polines de madera que sostenían unas laminas galvanizadas, estaba a punto de caer para dar paso a la moderna construcción que hoy tenemos, a alguien se le ocurrió salvar un pequeño vestigio de entonces, y rescataron una torre para la posteridad y el conocimiento de quienes aquí habitamos y, sobre todo, de los que aquí han de nacer.

En ese entonces yo sabía donde vivían los Akari y los Kimoto; los Uhera y los Obana; los Bours y también los Pérez que eran unos gordos rubicundos venidos de Guadalajara; y conocía la casa de nuestro Pedro Infante, un maravilloso mecánico que trabajaba en una planta de alimento Balanceado; y de los Esquer de la 5 de Febrero y los Terrazas de los multifamiliares; así como los Olea Ruiz de la Bellavista y los Mendoza de la Constitución.

Ahora, cuando transitó por estas calles que han crecido en número infinito hasta el asombro, me pregunto donde quedaron esas familias y donde viven los hijos y los nietos y, me da tristeza, mucha tristeza, al darme cuenta que casas y edificios de antaño han sucumbido ante el embate de la modernidad y al darme cuenta de que nadie hace nada por preservarlos.

Entiendo que la urgencia y la economía se mueven al ritmo de las circunstancias, pero, ¿qué no podremos hacer algo para parar esta destrucción de los recuerdos?

En Obregón somos, lo sé y lo entiendo, una ciudad moderna que no llega a los cien años, pero, no me gustaría tener el futuro una vieja ciudad desmemoriada, sin algún recuerdo arquitectónico.

Gracias…

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domingo, 7 de febrero de 2010

Tema agua… y que me regañan los expertos…

Palabras mayores

Bécker García


Me llegó un correo. Lo transcribo.

Sr. Bécker:

No estoy de acuerdo con el punto de vista dado a conocer en su pasada columna Palabras Mayores.

Permítame hacer algunas observaciones:

Sin duda el Plan “Sonora SI” es un buen plan, muy bien presentado pero poco alentador para resolver los problemas del agua en Sonora de manera inmediata. Pero aún queda en eso, en un plan, que no en un Proyecto porque no se han presentado los estudios que avalen el mismo.

De entrada el tiempo no alcanza para una solución inmediata, ni siquiera para una mediata. Por mencionar uno de los casos, para realizar cualquiera de las obras descritas, se necesita invertir muchos meses en los estudios pertinentes. Estudios de impacto ambiental, de viabilidad financiera y un resto de cuestiones que no por ser del mismo partido, el PAN, el Gobierno Federal puede obviar u omitir.

Para ser más precisos, el Plan presentado ampliamente habla sobre una inversión por parte de la Iniciativa Privada por casi un 41% de las obras antes descritas. Es decir y cerrando números, casi 4 mil 500 millones de pesos. Y la pregunta surge; ¿A cambio de qué? Porque la iniciativa privada y hasta donde tengo entendido, no va a invertir dinero para quedar bien con los sonorenses, sino que debe de tener una utilidad específica para que le sea rentable.

No se dice pero lo supongo, por donde entrarán será por medio del aprovechamiento de aguas para la generación de energía eléctrica. Si esto es así, me parece que tendrán que pasar cientos de años para cobrar la inversión, debido a que el movimiento de agua en las cantidades anotadas en el Plan, no alcanza para recuperaciones de tal magnitud.

Dejemos de lado las preguntas que nos hacemos quienes estamos preocupados por el tema y centrémonos entonces en un solo aspecto. El abasto urgente de agua para Hermosillo.

Ninguna de las obras mencionadas, supone un abasto inmediato para Hermosillo, digamos para el siguiente verano, puesto que ahora que es invierno el agua ha sido racionada, imaginemos cómo será cuando prendan los enfriadores ambientales a base de agua (coolers) y los baños no sean necesarios sino obligatorios en el verano. Obviamente el consumo subirá mucho más.

Si es verdad que de un día para otro se acabó el agua en Hermosillo y no un ardid para presionar la solución, entonces se deberían de centrar en implementar las acciones inmediatas para dentro de escazos 3 meses.

La construcción de una desaladora tardaría cuando menos tres años sin contar los estudios que aún no se tienen.

Construir el Acueducto del Novillo, tardaría otro tiempo igual o mayor, pues nada mas para cruzar los túneles construidos en los cerros, con un boquete embovedado de más de 5 metros de diámetro de un kilómetro y medio de longitud, se llevaría cuando menos un año de construcción en lugares a donde no es nada fácil llevar el concreto suficiente, entre otros insumos.

No quiero ser un aguafiestas de lo que usted menciona como un buen proyecto con una gran derrama económica, pero como ingeniero, me parece que el tiempo no le alcanzará al Gobierno para solucionar el abasto de agua de la capital, excepto que a última hora saquen del sombrero la opción de comprar la poca o mucha agua que existe en la Costa de Hermosillo o en sus alrededores, pagándola a los agricultores que, podrían hacer el negocio de su vida.

Lo invito a ser más escéptico y a investigar el tema, o rodearse de expertos que sepan de lo que hablan, y no echar porras de algo que parece bueno en el papel (o en el power point), pero al cual le hacen falta muchas respuestas y por eso el Gobernador Padrés dijo que era solamente una propuesta a la cual hay que sumarle las preguntas.

Muchas gracias.

Ing. José Ramos Sifuentes.

Pácatelas, hasta regañado. Pero, en respuesta y descargo, debo decir que yo escribí que me parecía una buena derrama económica pero que sí, se iniciaban las preguntas y respuestas.

8 canicas…

Dossier Político, el portal que tiene a bien publicar mis columnas, cumple 8 años de permanencia en la pelea.

Su Director Oscar Castro, tiene el sombrero bien puesto (literal) por hacer de este un medio fidedigno y confiable. Debajo del panameño aditamento, existe la inteligencia suficiente para renovar el sentido, sin variar un ápice en el cometido de ser una opción informativa abierta y sin reparos.

Felicidades por estos primero ocho años..

Gracias…

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jueves, 4 de febrero de 2010

Para antes de fumar...

Ojalá en el Festival Alfonso Ortíz Tirado (FAOT) en Álamos se le de un giro completo y no presentar solamente Arias, sino representar pequeñas Operas completas, para contextualizar el canto.
También, las autoridades del Gobierno de Sonora hicieron una campaña muy fuerte para no permitir a los jóvenes beber durante el desarrollo del Festival. Si van a beber, ojalá se topen por algún alcohólico error con alguna obra que los sorprenda y los ganemos a favor del arte.
Salud...


martes, 2 de febrero de 2010

Las imágenes de la guerra del narco…

Palabras mayores

Bécker García

Las guerras y sus imágenes han cambiado mucho, desde aquel tiempo en que fue presentado, después de la Guerra de Crimea (1856), el fúsil de repetición y la ametralladora. Entonces, con cámaras de un solo disparo a la vez, el sembradío de cadáveres en el campo de batalla, los fotógrafos podían parsimoniosamente captar las terroríficas imágenes del asesinato permitido. Hasta antes de eso, los incipientes y pocos fotógrafos, podían, si acaso, tomar un que otro “muertito”, porque la guerra no tenía esos alcances de destrucción masiva.

Susan Sontag, la escritora y filósofa Estadounidense crecida en Tucson, Arizona, en su ensayo publicado con el nombre de “Ante el dolor de los demás”, da cuenta de cómo, a principios de la primera gran guerra mundial, con la invención de la cámara Leica de película de 35 milimetros y 36 exposiciones, las fotografías de guerra cambiaron radicalmente. Sin tener que recambiar el cartucho, con filmes más sensibles y obturadores mejor sincronizados con la apertura de luz y la exposición, las imágenes de guerra lograron captar secuencias de una guerra casi en “vivo”.

Una vez terminada la primer guerra, Ernest Friedrich, publicó un libro con esas fotografía, al cual publicó como “Guerra contra la guerra”. Su intención era, demostrar con imágenes crudas como era de inhumana la guerra, con la intención de que nunca más se repitiera tan grande imbecilidad. Ya lo sabemos, solamente unos cuantos años después, dio inicio la segunda guerra mundial de la cual, se tienen fotografías tan espeluznantes como el hongo nuclear cubriendo Hiroshima y Nagasaki. No aprendimos la lección.

El otro gran salto fue durante la tristemente absurda guerra de Vietnam, donde, las imágenes de la televisión eran la comida diaria de los estadounidenses, con lo cual, Lyndon B. Jhonson logró, en un inicio, apoyos sin precedentes para la guerra que terminó con una estrepitosa derrota del país más poderoso del mundo.

De ahí, los enlaces en “vivo” de la guerra del Golfo, donde se podría ver en cámara de rayos infrarrojos, como los blancos eran “quirúrgicamente” (ellos acuñaron el símil) destruidos (nunca se dijo, quien o quienes estaban dentro de los edificios llamados “blancos”, ni el dolor causado en la secuela expansiva de las bombas).

El cambio más significativo, masivamente hablando, es sin duda la facilidad con las cuales las imágenes pueden ahora llegar a cualquier parte y, producidas no con sofisticados aparatos, sino mediante una pequeña cámara de vídeo o un Teléfono con esas aptitudes. Ahora, editarla o subirla tal cual a la red es cuestión de minutos y un simple conocimiento, porque cualquier computadora actual funciona como un banco de edición no lineal.

Así, la violencia en los tiempos del Youtube, no deja de maravillarnos, asquearnos o decepcionarnos.

Y si bien es cierto que los inicios periodísticos de la atrocidad de la guerra en imágenes publicadas como manera de hacer conciencia de lo infausto y salvaje de la misma, ahora, pareciera ser que la imagen tiene que ver mas con el gancho informativo que vende morbo, insania y escatológico regodeo.

Eso lo han entendido muy bien los narcos mexicanos. Desde el vídeo aquel donde enemigos de un cártel fueron interrogados y ejecutados en vivo y subidos al Youtube, con la supuesta intención de otorgar un escarmiento público y masivo (por cierto muy parecido a las ejecuciones medievales en medio de las plazas) a los enemigos, y, provocar con ello temor y acaso, un poco de respeto.

Sin embargo esto no funcionó como tal, sino que, al asombro iniciático le ha seguido las imágenes de la autopsia de Valentín Elizalde, las fotos de decapitados, muertos, tiroteos, enfrentamientos para rematar enemigos, y, en el colmo de la insensatez de un gobierno en guerra, la fotografía de un jefe de bandería que, humilladamente, con su propia sangre se le untaron billetes de altas denominaciones por todo el cuerpo.

El día lunes 1º de Febrero, en las redes sociales se dio cuenta un vídeo recientemente subido, unos cuantos minutos antes. Cuando aún los portales informativos no traían la noticia de un enfrentamiento entre sicarios y policías, en la red ya circulaba el vídeo tomado desde un piso en alto, donde se escuchaban tiroteos y gente correr, en un centro comercial de Torreón Coahuila.

Un día antes, en otro portal se veían los cuerpos apilados de 14 muchachitos (ya van 18) que fueron acribillados, sin deberla ni temerla, por sicarios en Ciudad Juárez.

Y reflexiono; ¿hasta cuando la violencia nos va a sorprender? Porque, en esta guerra perdida del Gobierno mexicano contra el narco, pareciera que las imágenes son más un apología de un destino, que el simple hecho de informar.

Pronto, tal vez, tendremos camisetas, tazas, y DVDs piratas, donde se diga: “yo estuve en tal tiroteo y sobreviví”.

Que pena por mí país.

Gracias…

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