A pesar de que unos días antes mi celular
había naufragado en una tina de baño (quería decir excusado, pero, seguramente
algunos de mis miles de lectores darían por concluida su lectura, por aquello
del asco), y no fue hasta casi la tarde del martes 15 de agosto cuando mi
Chamana personal en todo aquello tecnológico y redes sociales, Renée Angélica
García, me salvó la vida.
Si, ya sé, algunos van a decir que por
ser casi sexagenario (cumplí 58), he perdido poder de entendederas en las
cuestiones tecnológicas. Ni madres. Mi celular anterior muerto, y en el nuevo,
me decía que diera de alta mis contactos en la nube y que, para lograrlo y que
mi teléfono empezará a funcionar y a recibir mensajes y llamadas, tendría que
introducir un código de verificación que enviarían… directamente a mi celular…
es decir, ¿Cómo?... ¿No les estoy diciendo que está ahogado y por tanto muerto,
no prende?
Llamé directamente a la empresa dueña de
la nube y nada… llamé a la empresa que fabrica los celulares y me dicen, le
llegará a su celular viejito un código que debe usted… Heyyy… está muerto, les
digo y… se corta la llamada..
Ya ni modo de contarles que luego de
hacer fila casi una hora en la empresa telefónica de don Carlos Slim, me
dijeron “disculpe, pero tiene que llamar directamente al 01800 bla bla bla…
donde me contestaron, otra vez, donde fabrican los celulares de la manzanita y
me dieron la misma respuesta… le llegará un código y bla bla bla..
Renée andaba de viaje, y en cuanto llegó
le dije: sálvame…. Tomó mi chip, lo puso en su celular, mandó la solicitud, le
llegó la clave y pum… empezó a actualizarse mi nuevo teléfono.
Entonces llegaron mil felicitaciones por
mi cumpleaños, las cuales no pude agradecer, porque luego de la “celebradera” con la Almita Mijita, Renée, el Dago, el
Béckercillo y gente de la oficina, entré a un curso, fabuloso, en el cual conocí
a chamacos hermosos que quieren salvar al mundo porque están seguros que sí se
puede… son hombres y mujeres amorosos, comprometidos e inteligentes que andan
tirando cuatros por el Universo…. Yeah..
Total que no debería, pero usaré este
espacio para dar las gracias a todos y todas los que se acordaron de mi y me
desearon lo mejor o lo peor, lo cual, sirve para lo mismo, es decir, vivir…
Compromiso
cumplido
Este espacio lo tenía pensado para
escribir acerca del destape a la alcaldía del Licenciado Abel Murrieta
Gutiérrez y como es que se movían entonces las cosas para distintos actores
tanto del PRI (Emeterio, Kiki, Anabel, Omar (es neta, eh?), y tal vez Denisse
Navarro y por su, mientras respire y de resultados Faustino Félix Chávez), como
de MC con Gustavo Almada, MORENA con Javier Lamarque y por el PAN con Chuy
Félix y Beatriz López Otero (lo de Salas y Cibrian es movimiento en falso del
vago del café del Yori Inn) y hasta, de parte de Rodrigo Bours, que tal va o
tal vez no (lo que diga su dedito, ¿será?) pero de que será una piedra en
varios zapatos, lo será.
Pero bueno, las circunstancias me ganaron y comieron el tiempo y se llegó, la infausta noticia del fallecimiento de Doña Rosario Gutiérrez de Murrieta, mamá de Abelito, de Trinidad, de Nazario, de la Chari, de Gilda y de Arturo.
Fui a la misa de cuerpo presente para
estar con mi amigo Abel, con el cual he tenido no pocas diferencias sino tantas
como estrellas, pero también de coincidencias y eso nos ha hecho amigos.
Como siempre y como dijo Abel, los hermanos mayores envían a los menores a realizar las tareas que le corresponden a la familia y en la iglesia, le tocó hablar.
Su voz, entre quebrada y no, entre seria
y no, hizo un recuento de la tarea de la madre en la educación de los hijos en
dos valores fundamentales, el amor y el perdón.
Lo dijo tan bien, con tanta entereza y
convicción, que a mi se me hizo un nudo en la garganta y me dieron muchas
ganas, de haber conocido más a esa luminosa Doña Rosario.
Dios la tenga un su gloria porque acá,
cumplió con la tarea.
Gracias
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