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Las elecciones para dirimir la mesa directiva del Distrito de Riego del Río Yaqui, serán el próximo marzo del 2019, pero, desde ya, los grupos se están moviendo para quedar incluidos dentro de la misma.
Se rotan: es decir, dos años, la preside un miembro del
sector privado, acompañado en la Tesorería por el sector social y al siguiente
período vienen al revés.
En la pasada elección, le tocaba presidirlo al sector
privado. Hubo dos contendientes, uno, el entonces Presidente de la UCAY,
Antonio Fornés, y el otro, un productor de muchos años y prestigio, José
Higuera.
Las votaciones son muy sencillas: de cada uno de los 42
módulos que integran el Distrito, se obtiene derecho a dos votos: el del
presidente y del tesorero de cada uno de ellos. Es decir, la elección se dirime
en 84 votos. Quien tenga 42 votos más uno, será el siguiente Presidente del
Consejo junto a su planilla.
La elección anterior, se vio cargada de sospechosismo, donde
se dice que, compraron votos, de entre 250 y 350 mil pesos para ganar la
contienda.
Y uno se pregunta; ¿pues que hay detrás de esto como para
gastar entre 2 y 3 millones de pesos, para quedarse con la cachucha?
Y la respuesta es, muchas prebendas y privilegios, con un
presupuesto casi igual al del Ayuntamiento, pero con poca o nula transparencia.
Además de eso, pues el Distrito se mueve, o se quiere mover,
como un ente con cierta fuerza política, donde, los directivos en turno,
dirimen a quien apoyan o no, y acaso también le invierten sobre todo lana, en
los tiempos de elecciones políticas.
Y bueno, ganó Fornés y de pronto, todo el resto de los
participantes, quedaron por fuera, el círculo se cerró, los contrarios se
convirtieron en enemigos y las decisiones se centralizaron en una camarilla de
tres a cinco, nunca mayor a diez. Total, pagaron la entrada por anticipado y
ahora, eran dueños del bat y las pelotas.
Hace unos meses, en el Distrito de Riego fijaron postura a
favor del pre-candidato a la alcaldía, en la persona del Diputado Abel
Murrieta. Existe un discurso grabado en vídeo, donde Filiberto Cruz, el Kily (el
verdadero poder detrás del trono), arenga a favor de Murrieta, se declara
príista y dice respetar (de a mentiritas) a quienes no comulguen con esa idea.
Poco les duró el convencimiento.
Cuando los príistas decidieron (como haya sido) que el
candidato no sería Murrieta, sino Emeterio Ochoa, los miembros del Distrito y
algunos organismos de agricultores, pidieron hablar con Manlio Fabio Beltrones
para proponer una sustitución. Comerían juntos, ahí donde tienen la firma muy
fácil, un restaurante de carnes ubicado por la calle Veracruz.
Por la mañana, gente de Hermosillo vino con una propuesta
para los integrantes del Distrito: que ellos pusieran un candidato a regidor,
en la planilla de Ochoa Bazúa. Otra vez el Kily, sin consultar a nadie, propuso
que el regidor en cuestión fuera el Presidente actual, Antonio Fornés.
Obviamente nunca llegaron a la comida con Beltrones, porque
las cosas ya estaban decididas, sin importarles lo que pensaran 22 mil usuarios
de los módulos o el resto de los organismos agrícolas, total, ellos son (o se
creen) el poder del Valle.
Con muy poco alcance de discernimiento, nunca pensaron que
el triunfador en las elecciones fuera otro partido distinto al PRI, y, hasta
hacían apuestas de que, una vez estando en el trono de regidor (magra
recompensa para un poder económico tan grande), pelearían para tener un
candidato a modo para el 2021 en la cabeza de Fornés y éste, lo creía.
Error del PRI y del Distrito, innecesario, porque en el
fragor de la campaña revivieron un vídeo donde su presidente, Fornés, insulta a
policías con una prepotencia digna de mejores causas. Es decir, ¿nunca pensó el
Kily que eso le afectaría nuevamente a su amigo Toño sin necesidad?
Pero bueno, con esta directiva al frente, se han traicionado
muchas cosas, la más fuerte y decisiva, la lucha por el agua, No al Novillo,
donde en algún tiempo el pueblo salió a la calle a defender el derecho al
crecimiento económico, cancelado a partir del momento en que se desvía agua
hacía Hermosillo, para seguir aumentando sus intereses inmobiliarios,
industriales, agrícolas y comerciales. Ahora, desde el Distrito, alegan que una
desaladora vendrá a solucionar el problema pero, la verdad, no tiene para
cuando. La inclusión del Distrito en la campaña, fue un tache para el pueblo
que suele cobrar en las urnas los agravios.
A parte de todo lo anterior, en el Distrito, durante las
pasadas elecciones, cometieron un error garrafal, táctico y estratégico. De
inicio, centraron sus eventos invitando a puros príistas a su asamblea y
excluyeron al resto de los candidatos. Tuvieron entonces dos reclamos; uno de
Antonio Astiazarán que no ganó la contienda, y otro de Arturo Bours de MORENA,
quien pronto se convertirá en Senador al suplir a Alfonso Durazo y éste,
Arturo, seguro pedirá cuentas claras y transparentes al DDRY y eso, pone a
temblar a varios.
Ahora bien, se dice que dentro de los planes del nuevo
Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, está la propuesta de retomar por parte
del gobierno el control de los Distritos del país. Yo no la veo tan fácil,
porque de nuevo se centrarían las decisiones en un acentuado y perjudicial
burocratismo, pero sí, algo se tiene que hacer para evitar que, las decisiones
que afectan a 22 mil usuarios aquí, más la derrama de recursos que debe de ser
equitativa y ética en la comunidad, no se concentre en 84 votos, de a 300 mil
pesos, porque estos mismos votos, seguro los cobran al triple para ciertos
bolsillos.
Compren palomitas, porque, veremos reacciones interesantes.
Gracias