lunes, 2 de noviembre de 2015

Señor Presidente Peña Nieto


Bienvenido a Sonora.
Las injusticias en nuestro país, usted, con toda la información a la que tiene alcance, lo sabe mejor que nadie, pueden tener salvación y es su deber como Presidente, buscarlas.
A menos que, como al Presidente Calderón, le oculten información o se la maquillen, debe saber que en Sonora tenemos muchos problemas heredados por el nefasto Guillermo Padrés.
Durante su campaña, usted vino a Cajeme, a un evento que a pesar de los desesperados intentos de los gobernantes de nuestro estado en ese entonces por boicotearlo, resultó excelente en asistencia y en emotividad.
Entiendo que unos momentos antes de celebrarse, usted recibió a varios miembros participan desde febrero del 2010, en la defensa del agua del Río Yaqui, quienes le explicaron la ilegal construcción y operación del Acueducto Independencia, que lleva agua de la presa del Novillo a Hermosillo.
En su discurso de esa calurosa mañana, usted se comprometió a buscar soluciones para dotar de más agua a Sonora: “agua que no divida”, dijo y se me quedó muy grabado, porque de alguna forma, renació en mí la esperanza de un desarrollo equilibrado para mi estado.
Desde entonces, han pasado 3 años y 5 meses y no hemos visto ni un solo avance. A pesar de que la justicia ha otorgado 7 amparos que, deberían detener el trasvase de agua, los encargados de hacerlo cumplir, es decir, funcionarios de su gobierno, han hecho caso omiso.
Señor Presidente, le cuento algo: Cuando yo estaba en primaria, hace cosa de 45 años, la pujanza del Valle del Yaqui era tal, que se hablaba insistentemente que pronto superaríamos en población y movimiento económico a la capital, Hermosillo. Hoy, las ciudades del Sur de Sonora, lucen desoladas. En cambio, durante estos años, en Hermosillo se ha concentrado la inversión Estatal y Federal, en prejuicio de todas las otras áreas poblacionales. De todas, ¿Eh?. De todas.
Tengo muchos amigos que viven en Hermosillo. La mayoría de ellos, han emigrado desde otras ciudades y pueblos del estado. ¿Porqué? Pues porque allá está el desarrollo. Que bien que esto suceda, que cuando menos, existan oportunidades para familias enteras, pero que mal, que el desarrollo no haya sido parejo.
Usted no sabe, Señor Presidente, la impotencia de ver que nuestros hijos, han buscado otros polos de desarrollo porque aquí, cada día que pasa, se cierran negocios, industrias, comercios y áreas de servicio.
Dígame, señor, ¿Cuánto vale un hijo frustrado? Señor Peña Nieto, cada año, en el Sur de Sonora, miles de jóvenes terminan su carrera profesional, para luego convertirse en des o sub empleados.
Esta lucha, no es nada más una lucha por el agua agrícola. El problema no es tan simple y desde una sola óptica. Tiene muchas aristas que no han sido contempladas y valoradas en su exacta dimensión.
Si el agua es desarrollo, ¿Porqué le quitan la oportunidad a una región para concentrarla en otra, ya protegida per se?
Le exijo, desde mi humilde voz, que busque la solución a una injusticia social del tamaño de la pena con la que hemos visto estos últimos casi 6 años de lucha, como en este país las leyes parecen estar hechas solamente para los poderosos.
Usted lo prometió en campaña, no se le olvide, no denigre su palabra.
No al Novillo.


Gracias



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